EL SECRETO DE MARTE | SeongJoong

8. Discusión de bar

JONGHO.

Mi vision de divertirme, es muchas veces, distinta a los demas. De ninguna manera me planteé estar en la pista de baile hasta que no pueda mas.

El lugar me parecia divertido, asi que decidí pasarla bien a mi modo. Jun, un amigo de mi salon, parecia ser de la misma opinion, salvo que él era demasiado timido como para invitar a una chica a bailar. Asi que ambos pasamos mucho rato conversando y riendo de temas en los que sentiamos afinidad. Y si, no pudimos resistirnos ante la curiosidad de intoxicarnos y relajarnos a causa de las botellas que Francis ordenó.

No soy un novato en esto, ya lo he probado desde los dieciseis, pero he sabido ponerme un límite y una de ellas era, para que hyug no pueda detectarlo y hoy no planeaba ser la excepcion.

Era verdad, ya me sentia relajado y con los reflejos algo adormecidos que incluso decia cosas sin sentido o me reia de cualquier tonteria.

A mi modo, me estaba divirtiendo.

Lo que si me causó inquietud, fue que Han no se apartó de la mesa, ni por un momento, de vez en cuando le daba un vistazo para ver si no queria decirme algo, pero nada. Ella solo estaba sentada bebiendo sorbos de su copa, pero nada mas, nisiquiera se inmiscuía en la conversacion.

Crei que ella estaba bien con eso. Pero, de pronto no pudo esconder mas su rostro molesto, se puso de pie y me preocupé, no queria pensar que habia algo que le molestó o que yo era la causa.

Por eso le pregunté a dónde iba, me respondió tan fria que parecia una desconocida, como sea, no podia dejar que se fuera sola o que le pase algo malo, asi que esperé viendo hacia la direccion en que se fue a los sanitarios.

—Jhon, creo que estoy muy ebrio— Jun se rió e intentaba ponerse de pie, pero sus tambaleos le hacian dificil aquello tan simple.

—¿Qué piensas hacer?—
No queria tener que cuidar de él tambien. 

—Ya me decidí, voy a invitar a la chica rubia del vestido rojo— Aseguró con decision.

Solo sonreí y le palmeé el hombros y lo ayudé a ponerse de pie. Jun se perdió entre la multitud, asi que solo esperaba que no fuera muy humillado por esa chica, que obviamente estaba lejos de nuestro alcance.

Cuando giro mi cabeza, veo a Haneul que está sujeta por un tipo ebrio. No me sentia bien, dejándola en esa posicion, asi que me dispuse a ponerme de pie, pero ella ya venia en mi direccion.

Sin esperar, me soltó que se marchaba, era muy obvio que estaba molesta y triste. Insistí con ella pero me esquivaba.

¿Quizá estaba molesta por mi?

No tendría motivos, pero y si me equivocaba.

Por unos segundos ví la pista, donde todos nuestros amigos bailaban divertidos, luego la ví a ella.

¿Acaso estaba triste porque ningun chico quiso invitarla a bailar?

Ella merecia divertirse y quizá podía ayudar. ¿Pero bailar? No me apetecia.

Finalmente la invité a bailar. Ella se sorprendió y aunque quiso negarse, pude ver un pequeño brillo que sustituía la tristeza.

Asi que tomé valor y sujeté su mano, llevandola a la pista, hariamos el ridiculo, porque no se me daba bien soltarme bailando en medio de extraños, pero me gustaba verla feliz y no triste.

Avanzamos hasta la pista y mientras buscábamos un sitio donde acomodarnos, por azares del destino, desvíe mi vista al piso de arriba, donde pocos ingresaban, al parecer era una zona vip o solo de personal autorizado.