EL SECRETO DE MARTE | SeongJoong

19. Absurda realidad

Zheng con traje pulcro y sonrisa carismática, estaba en la ceremonia de posesion a su nuevo cargo.

Debido a su carisma y el apoyo de miles de ciudadanos, habia decidido postularse a la gobernacion de la capital, resultando ganador de la misma.

Muchos politicos de renombre y representantes de distintos sectores estaban presentes en la ceremonia. Y era el mismo presidente del pais quien lo posesionaba en esos instantes, bajo los flases de las camaras que tomaban detalle del acto solemne.

Incluso su contendiente a la gobernacion estaba presente ahi, la respetable y reconocida lider de izquierda y doctora en leyes, Geraldine 'Justice' como muchos la conocian. La mujer de cincuenta años, sonreía a las camaras y aceptando dignamente el haber perdido por un 5% de diferencia de votos contra Zheng.

'Sé cuando he perdido y espero que Zheng Hwang gobierne con justicia, siempre oyendo la voz de sus conciudadanos... En cuanto a mi, seguiré luchando y hablando por los que no tienen voz y los que son ignorados por los tantos politicos que solo buscan beneficio personal' Aseguraba Geraldine, cuando la entrevistaron.

La mujer que llevaba en la politica casi dos décadas, era una de las mas queridas y respetadas por su comunidad, muchos apreciaban todos los actos en busca de justicia que brindaba a los que no tenian los medios. A pesar de que estuvo entre las favoritas, los votos no fueron suficientes y ella con esa sonrisa amigable, solo aseguraba que en la siguiente eleccion lo haria mejor y ganaría.

Pero no todo lo que brilla es oro y lamentablemente ella tenia dos caras, como una moneda falsa sin precio.

Geraldine hizo una mueca cuando su móvil sonó y vió quien era, sonriendo amable se levantó, escusandose con sus acompañantes y llegando a un sitio privado, lejos de la recepcion en honor a Zheng. Tomó el movil y contestó.

—Sabes muy bien que tienes prohibido llamarme ¿Qué quieres?— Contestó con una frialdad que jamás mostró en público.

La mujer caminaba de un lado a otro con una mano en la cintura y la otra sosteniendo el movil en el oido.

—Me importa un comino si eres mi hijo, no voy a hacerte ningun favor...— Ella enarcó una ceja, ofendida con lo que oía desde el otro lado de la línea. —deja de hacerme amenazas ridiculas, eres igual de inutil como lo fue tu padre, ustedes dos fueron lo peor que me pudo pasar... No llames mas— Colgó sin dudar.

La mujer respiraba furiosa porque queria evitar a toda costa el pasado de su familia. Pero cambió su semblante en segundos, cuando una amiga suya fue a buscarla, ambas regresando con sonrisas que capturaban las cámaras de la prensa.

[...]

San llegó a la estacion de policia donde cumplia su trabajo. Saludó a sus compañeros y estaba a punto de salir nuevamente para cumplir su trabajo en alguna avenida concurrida y estar al pendiente del tránsito.

Asi era su vida. Desde el inicio fue menospreciado por no ser un sujeto enorme y corpulento, asi que lo delegaban a trabajos que muchos querian evitar, estar el dia entero bajo el sol no era precisamente el sueño de ningun oficial de uniforme.

—Hey, alto ahi Choi, ven acá— Uno de sus superiores lo detuvo antes que saliera.

San siendo obediente, se limitó a seguirlo hasta unas oficinas.

—Desde hoy te encargaras de los expedientes... hace años que esta bodega está hecho un lío, tu trabajo será ordenar y separar todo ¿Entendiste?— 

Qué remedio tenia, al tener el mas bajo rango solo podia acatar. Asintió y despues se quedó solo en la bodega de archivos.

—Genial, ahora fui relegado al trabajo de un simple aprendiz— Se quejó en voz baja.