EL SECRETO DE MARTE | SeongJoong

15. Yunho

PARK.

No soy de las personas que confíen en promesas o juramentos. Asi que despues de oir el nombre del chico rubio, mi desconfianza se mantenía inmutable.

La loca peticion y la burda sugerencia de destruir a Troy, sonaba a una trampa que solo un ingenuo creería.

—No tengo modo de confirmar nada de lo que dices, si solo estas jugando, pierdes tu tiempo— Dije serio y me encaminé al delgado pasillo hacia el casino.

El rubio se puso de pie y nos alcanzó en segundos. —Troy los está engañando, cualquier amenaza que les haya hecho, es mentira—

Me detengo y volteo hacia atras, no lo negaba, se habia ganado mi atencion.

—¿De qué estas hablando?— Interrogo.

—No puedo contarte todo aqui, vayamos a otro sitio donde no exista seguridad ni cámaras grabando—

—No creo que sea buena idea llevarlo a nuestra guarida, ¿Que tal si es una trampa?— Song enseguida se pone a la defensiva.

Y tenia razon, no podiamos arriesgarnos de ningun modo y mucho menos que luego él vaya con Troy y le dé nuestra ubicacion.

—Quiero oir lo que tiene que decir, pero no soy tan crédulo como para darle nuestra ubicacion— Comento, todos saliendo al casino que esa noche estaba llena.

—Creo tener una buena idea para solucionar eso— De pronto Kills habla. —Salgamos y que él nos espere en el callejon— 

Miro al rubio que asiente.

Asi que, salimos del lugar y avanzamos en las camionetas, eran tres y en una de ellas estaba yo en compañia de Song.

En el callejon, Kills se encarga del rubio, ata sus manos y cubre sus ojos antes de meterlo a una de las camionetas.

No se me ocurre un buen sitio donde llevar a Yunho, pero debido a mi agotamiento, opto por llevarlo al bar que está a media reparacion.

Llegamos a una oficina y cuando nos aseguramos que nadie nos siguió. Los interesados ocupamos un asiento mientras los demas hacen vigilancia, Kills le suelta las amarras y la venda de los ojos.

Me acomodo en el sofá individual, mientras aun mantengo mi antifaz cubriendo mi rostro.

—Habla y dí todo lo que sabes de Troy— Ordeno con altivez, era el líder y debia estar a la altura.

El rubio se masajea las muñecas que hace minutos estuvieron atadas y su mirada se clava en mi, noto que busca un punto debil en mi.

"Oh, ese chico es astuto. Te estudia, todos tus movimientos y gestos"

"Entonces que vea lo que soy en realidad"

"Oh si... quedará atemorizado conmigo"

En este punto, creo que hay algo muy malo en mi.

Sospecho que soy de esas personas únicas que nacen cada cien años, uno en un billón de personas, de los pocos casos en los que se tiene dos personalidades difefentes habitando un mismo cuerpo, soy bipolar practicamente, pero a otro nivel.

No sé si mis personalidades son producto de una enfermedad, transtorno o una intromision de un ser malvado que se divierte conmigo.

Al principio me enloquecía oir a quien ahora he llamado Marte, mi parte mala y oscura que me hace cometer actos terribles y desastrozas. Ha pasado tanto, que a esta edad me he acostumbrado a esa otra voz que me aconseja malvadamente, aun es irritante pero ya no le temo y he aprendido a domarlo.