Capitulo 36: ¿Cuando?

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Ya habían pasado dos días desde aquella llamada.

La vida cotidiana no mostró aparentes cambios hasta después de dicho lapso, pero era indudable que aún así algo no estaba ni se sentía del todo bien.

Luego de que Tetsuhiro dejara en claro que no quería dialogar más acerca del tema de su padre, se fue a preparar la cena para ambos.

La quietud de sus voces se hizo presente durante una hora y algo; y los únicos sonidos que se oían eran los del cuchillo picando, el agua hirviendo en la cacerola, y el grifo ... que cada tanto se habría y cerraba para que el más alto lavara los alimentos.

Souichi no sabía de qué otra manera entretenerse, puesto que el ambiente no era el más "distendido" para charlar.

-Unos minutos antes-

Claramente el de mirada esmeralda estaba buscando optar por la quietud del silencio, porque sus respuestas -a las preguntas que solo el de ojos ambarinos hacía- eran cortas, casi instantáneas; algo que definitivamente no iba acorde con el Tetsuhiro de siempre.

- Y.. -se aclaró la garganta- ¿Cómo va todo en la farmacéutica?

- Bastante bien - agregó la zanahoria que había picado a la cacerola junto a él -, supongo.

Silencio una vez más.

- ... Te ¿Te gusta el trabajo al que te asignaron?

- Sí, es bueno.

Y así continuaron durante cuatro preguntas aleatorias más. En la penúltima, el interrogado demostró signos de estarse hartando de ellas.

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Al día siguiente se pudo disfrutar de una tranquilidad más familiar, más hogareña y similar a la matutina ... Más seguía sin ser la normalidad.

Tetsuhiro hizo su saludo de siempre: plantó un beso en la mejilla del otro, un gesto que éste aceptó a regañadientes - aún se trataba de una piedra dura de roer -, y se despidió con un cálido ,pero forzado:

- Hasta luego - hizo un ademán con la mano para contribuir al saludo, y se fue caminando hacia la estación del Shinkansen.

Mientras tanto, el de larga cabellera de aperlado color, se alistaba para ir a la facultad. Nada más terapéutico que descargar su frustración a través del karma merecido que tenían aquellos mocosos malcriados ,deficientes en decencia, aptitudes y actitudes respetables.

Al llegar a casa por la tarde, se sorprendió de ver al otro ahí.

- ¿Tetsuhiro? - el hombre más joven estaba sentado en su cama, con la mirada pérdida en la pared. No obstante, no fué impredecible que el mismo girara su cabeza apenas le escuchó llamarle.

- Hola Souichi - se incorporó enseguida, como si su presencia ahí le rebobinara el interior -, disculpa ...estaba pensando.

- Si, lo noté - arqueo una ceja -. Pero ..¿Porque estás aquí tan temprano? Siempre sales una hora u hora y media después de mí.

- Si, bueno ...- desvío los ojos un momento, y luego se rascó el cuello - Par ser honestos, mí jefe de sección se dió cuenta de que andaba algo pensativo, y como había hecho un buen trabajo durante el resto anterior de la semana me concedió irme un rato antes.

- Ya veo - al fin la conversación duraba un poco más-. Bueno, ven. Me apetece tomar un té bien caliente con un par de tostadas.

R A Z O N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora