Los muertos no pueden pedir justicia, así que está en manos de los vivos luchar por ella.
Lois McMaster
Orígenes de la Décimo Séptimo Batallón del Noveno Ejercito y del Colibrí Norte.
Ciudad Victoria, Tamaulipas.
20:32, 24 de octubre de 1863.
Sargento John L. Ross. Décimo Séptimo Batallón del Noveno Ejercito.
Todos estábamos reunidos alrededor de la fogata, cantando y riendo sin pensar que en los siguientes días pelearíamos para defender la ciudad, el canto alegre se mantenía, el subteniente estaba con el resto de los oficiales en la ciudad mientras que nosotros nos manteníamos cantando y disfrutando de nuestra noche juntos.
Lentamente unos dejaron de cantar mientras se acercaba una figura, las voces se fueron apagando cuando llego al centro un hombre de tez cobre, el cabello alguna vez oscuro peleaba contra el blanco que dominaba los lados de su cabello una pequeña barba descuidada cubría su mentón usaba el uniforme que usábamos y tenía una medalla de color plateada que colgaba de su cuello, la misma forma de medalla que llevaba en el pecho.
Todos nos manteníamos callados observando como la figura se sentaba y se llevaba la botella a su boca dando un largo trago, mientras levantaba la vista observándonos.
Que está haciendo aquí- alguien comento, sumándose unas afirmaciones
Así que esto es lo que todos hablan- comento dando otro trago, al dejar de tomar soltó una ligera risa- jamás creí que viviría para ver un batallón de antiguos esclavos y mucho menos negros de los gringos.
Alguien empezó a traducir lo que decía mientras algunas miradas de ira o duda se volvían hacia el hombre.
Por qué sería raro ver lo que tienes frente a ti- pregunte mientras las miradas se centraban en ese soldado sentado enfrente de la fogata.
Porque creía que los esclavos se alzarían contra los esclavistas hace veinte años- respondió dando de nuevo un trago, dejando de tomar dio dos toques a su medalla del cuello- lo mismo que algunos hicimos, sabes qué es esto.
Una medalla- respondí mientras algunos lo observaban- la misma que llevo yo.
No lo creo- respondió dejando la botella- serias solo un niño cuando recibí esta medalla, pero esta medalla me la dio el mismo emperador- respondió con una gran sonrisa mientras acariciaba la medalla con su pulgar, algunos empezaron a murmurar Emperor mientras mantenían la vista sobre el- si durante la única campaña que encabezo personalmente como emperador de Mexico, la lucha contra los republicanos texanos.
Texans- alguno empezó a murmurar esparciendo la palabra por todo el campamento mis padres hablaron de eso hacia muchos años y algunas veces mi esposa hablaba lo que escuchaba de los texanos, que pelearon valientemente contra el gobierno opresor del emperador que quería matarlos a todos, trataron de independizarse pero su ejercito lo reprimió y ejecuto a todos los texanos estadounidenses de Austen, los que huyeron llegaron sin nada.
Porque fue- uno de los soldados pregunto- porque el emperador encabezo esa guerra.
Esclavos- respondió con una ligera risa, dejo la botella en el piso y se empezó a desabrochar la camisa dejando ver las cicatrices del pecho, al bajar parcialmente la camisa se paró dejando ver parcialmente su espada, las mismas que todos cargábamos desde las granjas del sur- nací esclavo no muy lejos de aquí, cuando tenía doce la independía termino y tenía dieciocho años cuando el nuevo primer ministro llego al poder, un general que peleo contra la opresión y la esclavitud era un lobo con sangre de negro e indio.
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Diarios, Cartas y Memorias de un Imperio
Historical FictionEn esta historia el Imperio Mexicano no cayó en 1823 tras una difícil estabilización política y económica logro mantener sus fronteras originales. Esta es la compilación de historias cortas de diferentes personas desde un simple soldado hasta el mis...