Fragmento del Diario Personal del Almirante Herrera (1798-1862). Comandante de la Primera Flota 1856-1862.
Córdoba, Veracruz.
9 de diciembre 1861.
Este domingo seria como cualquier domingo como los últimos 5 años tras desayunar con mi estado mayor visitaría la ciudad de Veracruz, tras subir a un bote para salir del fuerte de San Juan Ulua para ir al continente. Sali con mi asistente y cuatro soldados, lo curioso de esa mañana era una densa niebla que se extendía por toda la ciudad y el puerto, tras llegar me reuní con el Alcalde de la ciudad y el Gobernador de la Provincia en el ayuntamiento local para hablar de su proyecto de extender el puerto y los corsarios que atacan en el Golfo, tras esto camine con mis acompañantes en dirección al bote mientras nos acercábamos escuchamos una campana, al principio creíamos que era de la parroquia local al ser domingo esperábamos que fuera una misa pero un soldado hablo "La campana no viene de la centro viene del puerto" mi primer pensamiento fue que era un navío avisando que atracará pero era imposible que un barco se atreviera atracar con la niebla.
De pronto se escuchó el fuego de un cañón seguido por el fuego de otros cañones tras un minuto de silencio de pronto se escuchó una gran cantidad de disparos de cañones que solo significaba una cosa guerra tras el final del gran bombardero corrimos lo rápido posible pero antes de pasar la primera cuadra se escuchó una gran explosión solamente vimos por un momento se ilumino toda la costa, al llegar a la playa para saber que había ocurrido, temíamos lo peor y lo que vimos comprobó todas nuestras sospechas.
El fuerte hecho por los españoles para defender la puerta al Atlántico en caso de un ataque de corsarios y piritas se encontraba en llamas, aun con la densa niebla que impedía ver más allá de cincuenta metros viéramos al fuerte observamos como el fuego formaba la silueta de la estructura y las llamas en un baluarte, pero a la lejanía se acercaban dos botes antes de que los soldados que me acompañaran dispararan escuchamos los gritos de los botes "No disparen somos amigos" tras observar bien vimos que eran soldados heridos del fuerte tanto por el fuego de artillería como de quemaduras.
Al final solo llegaron cien de los mil hombres apostados en el fuerte al final del día solo sobrevivieron veinte y cuatro hombres, al parecer el fuego no venía del Fuerte sino de la primera flota que estaba atracada en el puerto. Según los supervivientes el fuerte no estaba en llamas sino la flota y el puerto donde estaba atracada se transformaron en un infierno.
Ordene la retirada de todas las fuerzas para tratar de llevar a los heridos terreno dentro fuera del alcanze de las armada enemiga ademas para que recibieran atención médica.
Tras esto ordene mandar un mensajero urgente al Capitán General Santa Ana de la situación actual y ordene que pidieran ayuda al Batallón mas cercano que se encuentra a las afueras del Puerto de Veracruz tras devatir con el Coronel del 6° Batallon se decidió ir al pueblo de Córdoba para montar una efectiva línea de defensa ya que la ciudad de Veracruz está perdida.
En este día me convertí en el Almirante sin flota, además que regale la puerta del Atlántico al enemigo y deje que territorio mexicano sea tomado sin resistencia por un reino europeo. Solo espero que Dios y la historia se apiaden conmigo.
Testimonio del 2° Maestre Rodrigo García de la Fragata de Hélice ARM Independencia.
Córdoba, Veracruz.
13 de diciembre de 1861
Me encontraba en el Fuerte de San Juan Ulua antes de que sonaran las campanas. La razon por la cual no estaba en mi barco recibi una orden del Capitán Ramírez que solicitara un nuevo cargamento de carbón para el Independencia. Al momento de sonar las campanas corrí directo al Baluarte de Santiago para observar lo que estaba ocurriendo, por un momento creia que eran corsarios que se acercaron demasiado al fuerte pero eran mas de diez buques los cuales dos pude confirmar que eran Fragatas y en sus mástiles ondeaba la bandera de la armada española, corrí para llegar a mi barco para prepararnos para la posible batalla, en algún momento alguien grito que no abrieran fuego, pero un pobre diablo disparo por accidente talvez por el miedo o malentiendo las ordenes, al final todas las armas que tenían en rango de tiro dispararon.
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Diarios, Cartas y Memorias de un Imperio
Historical FictionEn esta historia el Imperio Mexicano no cayó en 1823 tras una difícil estabilización política y económica logro mantener sus fronteras originales. Esta es la compilación de historias cortas de diferentes personas desde un simple soldado hasta el mis...