El día siguiente llegó con rapidez, con tan sólo un suspiro y ya los sutiles rayos solares querían hacerse notar.
Ambas fusiones seguían durmiendo plácidamente, disfrutando lo que sea que estaban soñando, todo muy tranquilo hasta que alguien se dispuso a tocar la puerta de la habitación con tanta fuerza y griteríos. Aquellas fusiones se despertaron con tremendo sobresalto por la situación tan repentina.
Bulma estaba al otro lado de la puerta, quería que aquellas fusiones se despertaran pero ¡Ya! Todo estaba listo para que ambos se vallan de su casa de una buena vez, no la malinterpreten, quería que eso ocurra pero temporalmente......¿Verdad?
Al rato los tres ya estaban alrededor del comedor para desayunar, la peliazul estaba comiendo con cierta calma a comparación del resto, los demás parecían que tragaban como si hubieran pasado hambruna por un laaaargo período de tiempo.
Al terminar todos, unos sirvientes llevaron las ropas de las fusiones a la salida del hogar. Zamasu a pesar de no estar en lo más mínimo en de acuerdo no tuvo de otra, aquella humana...le había dejado en claro muy bien en el día anterior, esa mujer era drásticamente diferente cuando se enfadaba.
Zamas y Vegetto emprendieron vuelo en destino del que antes era hogar de Son Goku. En el rostro del saiyan se podía apreciar su emoción, de parte de su creador tenía, se podría decir, buenos recuerdos a lo largo de una vida, Zamas sólo quería que esa “visita” terminara tan pronto como sea posible, por el momento solo estaba detrás de su acompañante, siguiéndolo.
Estando tan cerca del destino, ambos podían visualizar a cierta pelinegra acompañada de sus hijos en la entrada de aquella casa rodeada de tan bella naturaleza, querían dar una buena bienvenida.
Al llegar, al instante fueron recibidos con buenas energías y positivismo. Todos pasaron a la casa.
-Bulma me avisó de que ustedes se quedarían aquí- “más bien me convenció” pensó- por eso les preparé una habitación con las comodidades que puedo brindarles-.
-Por favor siganme- ambas fusiones sintieron que una de sus manos eran sujetadas por otras más pequeñas y del mismo ser, el cual regalaba una encantadora y cálida sonrisa en su rostro- les mostraré su habitación- dicho esto, el pequeño Goten comenzó a jalonearlos sutilmente, quería causar una buena impresión sobre todo a cierta fusión.
Zamas no podía hacer nada a pesar de que quiera, solamente se resignó y siguió al pequeño junto a Vegetto.
Milk y Gohan observaron como se iban, no pudieron evitar sonreír, esperaban que en estos días se logre un buen resultado.
Los invitados se acomodaron como se les fuera posible, la casa era pequeña a comparación de la corporación pero a cambio era acogedora y tenía un buen ambiente. Pasaron las horas y ya era la hora de almorzar, todos los presentes estaban alrededor del comedor y frente a ellos los platillos que desprendían un delicioso olor.
-La comida que hace es muy deliciosa, te aseguro que te gustará Zamas- dijo Vegetto refiriéndose a la susodicha.
-Es cierto señor Zamasu, cuando pruebe la comida de mi madre se le será difícil dejarla- agregó Gohan.
-Oh por favor chicos, dejen de decir cosas vergonzosas- la pelinegra trataba de ocultar su rostro por el sonrojo que se le ha producido- Siempre lo hago con mucho cariño, espero que lo disfrutes Zamasu-.
Al dejar de hablar, el mencionado agarró los palillos y se dispuso a comer junto a los demás. Con tan solo el primer bocado inmediatamente quiso más y más “¿Cómo era posible que algo tan delicioso existiera?” se preguntó.
Solo bastó un poco de tiempo para que todos terminaran. Por tal razón, Milk empezó a lavar todos los trastes. Goten se fue a estudiar....bueno lo obligaron, y su hijo mayor se fue a su hogar con su propia familia, las amaba muchísimo.
-Oye Milk- la fusión saiyan se acercó a la mencionada, ella hizo una señal para que prosiguiera mientras seguía en su labor -Zamas y yo saldremos, puede que tardemos-.
La fusión mencionada al escuchar no tardó en reaccionar -¡¿Qué?! ¡Lo decidiste solamente tú insolente!-.
-Por favor Zamas, te gustará el lugar, esta zona siempre es muy tranquila, no te preocupes- respondió.
-Con sólo la mera presencia tuya lo arruina, no me molestes y lárgate si eso quieres-.
-Acompañalo Vegetto, ustedes necesitan salir en estos días, aprovechen el lugar- a pesar de todo, Milk también quería que todo acabara bien con respecto a la situación con Zamasu.
-¡Muchas gracias Milk!- Vegetto al escuchar eso se acercó apresuradamente a su compañero y lo agarró del brazo obligándolo a que le siguiera hasta la salida.
-¡Suéltame!- Zamasu se zafó del agarre con suma molestia, no estaba dispuesto a tolerar que aquel individuo haga lo que se le dé la gana -No sé quien te has creído, ¡No iré conti.....-.
El saiyan lo interrumpió, lo agarró nuevamente del brazo con mucha más presión a comparación de las veces anteriores -No te pregunté, tú y yo saldremos ahora- con la misma presión lo acercó un poco más hacia él -Nada de lo que digas hará que cambie de opinión-.
Tal situación que apareció de la nada hizo que Zamas se alejara con sutileza, no pudo evitar entrar en tensión y se mantuvo en silencio momentáneamente, no veía venir esa actitud por la costumbre que agarró a la actitud habitual del saiyan al pasar de los días.
Lo arrastró hasta salir de la casa, Milk los seguía por detrás -Procuren de llegar antes de la cena, que la pasen bien chicos-.
El saiyan tenía un lugar en mente, mediante la trayectoria guiaba al contrario quien lo seguía un poco detrás de él.
Quería que esta sea una oportunidad perfecta para ablandar aunque sea un poco el duro corazón del kaio, entablar una conversación, quería algo tan simple como eso, lo deseaba.
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Casi mil palabras pero bueno xd se hace el intento.
Bye :p
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¡CONFÍA EN MÍ! [Vegetto X Zamasu]
FanfictionUn ser tan terco incluso puede ceder y cambiar pero "¿Qué tan difícil puede ser?" fue lo que pensó Vegetto. -Solo tal vez... puede que sea diferente-.