La fusión estuvo detrás del pequeño todo el tiempo, a comparación de sus salidas anteriores, esta vez si duró mucho, se preguntaba en qué momento se detendría.
Fastidiado, iba a reclamar al niño pero este se detuvo repentinamente ocasionando un sentimiento de extrañeza de parte de la fusión.
El pequeño Goten se volteó a la dirección de su acompañante con una gran sonrisa nerviosa-¡Creo que hemos llegado señor, disculpe si demoré! Es que no recordaba bien y por un momento pensé que me perdí -.
El mencionado solo se dispuso a descender, no iba a discutir con un simple niño, lo consideraba una pérdida de tiempo.
Goten hizo lo mismo, creyó que iba a ser regañado pero se sorprendió que fue lo contrario, llevándose una grata sorpresa.
El escenario era espléndido, frente a ambos había un lago inmenso donde fácilmente verías reflejado las estrellas, una agua tan cristalina y tan llena de vida. Además más al fondo se hallaba una gran montaña, pero esta no era igual a las otras, esta era imponentemente hermosa. La belleza de tal lugar era incluso adornada de la flora y fauna, sin exposición al peligro.
-¿Le gusta señor? Este lugar es mi preferido para jugar-.
-Bueno, a pesar de ser un mocoso no tienes mal gusto para este tipo de cosas- respondió sin siquiera mirarlo.
Eso para Goten fue un rotundo si -¡Sabía que le gustaría!-.
Así comenzó a pasar la tarde, el dulce niño trataba de entablar un sólida conversación con la fusión pero este último siempre tenía un tono de voz cortante, eso ponía las cosas un poco más difíciles para el pequeño.
Goten pensó en algo más para salir de esa atmósfera que le comenzaba a incomodar.
Posó su mirada al frente unos minutos y de ahí se le ocurrió una idea, solo deseaba que funcionara.-Ahorita vuelvo señor, espéreme aquí- y con entusiasmo, el niño se perdió de la vista de Zamas, ya que se fue corriendo entre los árboles y arbustos.
La fusión se recostó sobre el césped, se dio un estirón para relajarse, dobló sus piernas y las cruzó. Cerró su ojos lentamente y comenzó a disfrutar del momento. El sonido de la fluidez calmada del agua, las sofisticadas brisas del aire y el armonioso sonido del ambiente le fascinaba, podría estar así un buen tiempo.
La calma que estaba sometiendo al cuerpo de la fusión se acumulaba cada vez más hasta crear en él un ligero querer de dormir. Pasaban algunos minutos y cuando estaba a punto de conciliar el sueño, sintió como si hojas se revoloteaban en su rostro, instintivamente abrió los ojos y pudo ver al mocoso sosteniendo hierbas.
-¿Qué sucede?- preguntó Zamas.
-Tome, este ramo es para usted- respondió con un tono de amabilidad, Zamas lo tomó con varias interrogantes en sus pensamientos -Sigame-.
Un poco fastidiado, siguió a Goten hasta estar más cerca del lago. Iba a preguntar sobre si esta era una broma o algo así, no sabía el propósito del niño. Sus dudas fueron respondidas cuando un pequeño grupo de ciervos se le acercaron.
-A los ciervos les gustan las hojas señor- dicho esto, el referido extendió su mano que sostenía las ramas, al principio le pareció extraño pero después le encantó y mucho.
Así duraron un agradable rato hasta que llegó la hora de volver. A la fusión le pareció un paseo a su gusto y tal como el niño le dijo lo cumplió, no lo fastidió, en cambio le complació la compañía.
Tal vez hasta el carisma de un niño especial como Goten podría ablandar su corazón ¿Quién sabe?
Al estar cerca de la casa de la mujer peli negra, pudieron observar que Vegetto los esperaba.
Al aterrizar, el saiyan se acercó rápidamente a Zamas agarrándolo de los hombros.
Este último lo hubiera alejado por tal osadía pero era Vegetto, era típico de él.
-¿Qué tal la pasaron?- preguntó con emoción y con una bonita sonrisa de felicidad.
-¡Muy bien!- respondió Goten con la misma emoción.
-¡Me alegro!- dijo con un tono más alto y alegre, además de que su sonrisa se había puesto más bonita.
Y como si esa expresión fuese contagiosa, por alguna razón Zamasu le devolvió una pequeña sonrisa sin que se diese cuenta-Si-.
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Con paciencia y saliva el elefante se la metió a la hormiga me dijeron
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¡CONFÍA EN MÍ! [Vegetto X Zamasu]
FanfictionUn ser tan terco incluso puede ceder y cambiar pero "¿Qué tan difícil puede ser?" fue lo que pensó Vegetto. -Solo tal vez... puede que sea diferente-.