CAPÍTULO 13

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Algunos días pasaron y ya era momento de volver a la corporación. Bulma había llamado para dar el aviso que podían regresar por la tarde. Aquella mujer esperaba que con el tiempo transcurrido, la fusión halla logrado dejar un poco esa actitud que tanto la irritaba... No tenía muchas esperanzas pero soñar no es pecado.

Las horas del día pasaron, disfrutaron de la última comida deliciosa que iban a degustar en aquel hogar. En la tarde, Vegetto se despidió repetidas veces, reflejando agradecimiento por la paciencia y la amabilidad que recibieron, sobre todo para uno.

-Fue bueno estar con ustedes ¡hasta luego!- expresó la fusión saiyan.

Zamasu no dijo ni una palabra, claro que si.

Ambos compañeros emprendieron vuelo y se dirigieron a la corporación.

No tardaron mucho para escuchar los ruidos de la ciudad tan movida por la actividad sin fin de sus habitantes. Un poco después se vio a ver una casa grande y lujosa que destacaba sobre todas las demás.

-que bueno ¡ya llegamos!- exclamó Vegetto.

-... Si- respondió el otro.

Al aterrizar, Bulma los estaba esperando en la entrada para recibirlos.

Se instalaron en la habitación que se habían quedado al principio. Cada uno a su lugar.

Zamas suspiró de alivio ya que no iba a seguir durmiendo tan cerca del saiyan, al dejar sus cosas se echó en la cama. 

Vegetto se percató de eso -¿Y si dormimos en la misma cama? Para que te acostumbres más a mí- Dijo el saiyan para molestarlo. Estaba sentado a un lado de su cama viendo como iba a reaccionar.

-No te cansas de decir tonterías ¿verdad?- respondió, ya estaba acostumbrado de ese tipo de comentarios de parte del contrario, en un principio lo insultaría y golpearía por lo que ha dicho.

Vegetto solo dio una risa,  le encantaba.

Unas horas pasaron, ambos estaban hablando en la mesa de la habitación, algunas veces tenían conversaciones, siempre por la iniciativa de Vegetto.

-Extrañaré la comida de Milk ¡pero la de aquí también es deliciosa!- con brillos en los ojos, Vegetto exclamó recordando todos los manjares que probó en el anterior lugar.

-Si, no estaba mal-.

-Oye sé que te gustó el lugar pero no dijiste nada cuando nos fuimos de ahí ¿te disgustó algo en todo el tiempo que estuvimos allí?-.

-No hubo algún problema y no dije algo porque no sabía que decir, tranquilamente pude decir "adiós" y "gracias" pero sonaría muy seco- sabía que podía decir más que eso, pero no se imaginaba en esa situación.

-¿Por qué no lo hiciste como yo? vamos que no es muy difícil decir unas palabras de agradecimiento-.

Por un momento, Zamas comenzó a recordar la entusiasmada despedida de su compañero- .....definitivamente eso no va a ocurrir- dicho esto, Vegetto comenzó a preguntar el porque, aún cuando el peliblanco no quería responder esa estúpida pregunta.

-Bueno como sea, oye Zamasu ¿te gustaría volver algún día ahí?-.

Antes de responder, el mencionado recordaba el lugar y los momentos de ahí, lo hizo sentir feliz por ese momento, no iba a olvidar todo lo que vivió ahí, estaba claro que iba a decir que si. Sin embargo mediante de esos segundos, no se percató que el saiyan se había acercado demasiado a su rostro, confundido por tal situación, le dio un empujón.

-Esta bien que hablemos pero no te tomes esas confianzas- su expresión y tono de voz reflejaba fastidio por tal atrevimiento, eso si que no iba a dejar pasar.

-Lo siento, es que comenzaste a sonreír- no pudo reír un poco -no recuerdo si te lo había dicho antes, pero te ves muy lindo así-.

-¡¿Qué?!- eso lo tomó por sorpresa.

-Así es, siempre me gusta verte sonreír y me gustaría que lo hicieras más, pero bueno poco a poco supongo...oye ¿qué harás?- Zamas se levantó y fue a su cama rápidamente.

-¡¿No viste la hora?! ¡No me hables y vete a dormir!-.

Fue una reacción rara para Vegetto, normalmente Zamas no es así, sin decir nada apagó las luces, se alistó y fue a su respectiva cama. Analizando la situación, se preguntó "¿Qué fue lo que le molestó?" "¿Fue por algo que dije? Solo le dije la verdad", muchas dudas se formaron en su cabeza, dudas que no iban a ser respondidas, lo sabía. Ya no podía ver al mencionado, es una pena para él. A pesar de su estado de confusión, hay una cosa que estaba cien por ciento seguro, si le gustaba su sonrisa pues ahora le encantaba el lindo sonrojo en esa cara, porque sí, a pesar de que Zamas se tapó el rostro con una mano, Vegetto pudo alcanzar ver ese bonito sonrojo. ¿Cuándo volvería a ver esa expresión? No lo sabe, pero amaría saberlo, recordando esa expresión se quedó con una sonrisa tonta hasta conciliar el sueño.

Por otro lado, a pesar de que Zamasu estaba en completo silencio, en su mente estaba hecho todo un lío, "¿Por qué dijo algo como eso?" se preguntaba una y mil veces más, no se lo esperaba, lo había tomado por sorpresa, él sabía que su belleza era exuberante, que otra persona se lo hiciera saber le daría igual, pero cuando esa fusión se lo dijo no pudo evitar sentirse extraño, lo detestó por hacerlo sentir así, detesta el no saber porque lo hizo sentir así.  Obviamente pudo darse cuenta de que una tonalidad carmesí estaba apareciendo por lo dicho, rogaba que el contrario no la haya visto. 

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Que buenas vacaciones por la ptmr

¡CONFÍA EN MÍ! [Vegetto X Zamasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora