#3. EL COMPROMISO (Parte 2)

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Los años pasaron pero mi idea sobre casarme no había cambiado, si podía evitarlo eso haría, de hecho, había descubierto algo gordo que podría anular la boda, aunque debería hablarlo antes con Loki de forma seria y no a base de discusiones. Tenía la esperanza de que hubiera madurado lo suficiente como para poder razonar con él sin pelearnos.

Era la víspera de su coronación, lo que significaba que debía viajar de nuevo a Asgard y me estaba preparando para ello.

He de añadir que, durante estos años, quise aprovechar la libertad que me iba a ser arrebatada si no encontraba cómo impedirlo, por lo que comencé a salir a escondidas de mi palacio. Me escabullía a través de los pasadizos y túneles que usaba el servicio e iba a la ciudad, donde me mezclaba con la población usando un disfraz. Pronto hice amigos con los que compartir esos momentos de ocio, amigos normales y, por supuesto, ellos se acabaron enterando de quien era en realidad, aunque guardaron mi secreto.

También exploré, quería experimentar el amor antes de de unirme en matrimonio con un hombre por el que no sentía nada, pero no lo encontré. Probé los romances de una noche, pero no sentí la chispa que mis amigos explicaban que se sentía. Cuando besaba a alguien apenas sentía nada y eso que también añadíamos caricias, pero nunca fui más allá, no llegué a sentirme lo suficientemente cómoda con nadie para llegar a ese punto.

Por el día tampoco perdía el tiempo, a mi educación como futura reina añadí también mi autoformación como botánica. Sabía hacer elixires con absoluta precisión y, también, sabía como elaborar venenos tan potentes que una sola gota en un barril de agua, cerveza o vino sería capaz de matar a todos aquellos que bebieran de él. Saber eso me parecía algo necesario si, llegado el caso, alguien nos osaba atacar.

Por supuesto, al igual que sabía elaborar tal veneno, también sabía hacer su antítesis, que era un antídoto capaz de anular cualquier veneno, incluido el que ya he mencionado. Siempre llevaba conmigo ese antídoto de forma discreta, concretamente en mi anillo, en forma de pequeños diamantes que no eran más que el antídoto cristalizado.

Y no era el único anillo que llevaba, tenía otro para mi defensa personal que también había creado yo misma y que tenía una aguja escondida, esta aguja estaba impregnada con un veneno que, si bien no era mortal, era capaz de paralizar a mi atacante en segundos. Lo sé porque yo misma lo experimenté para ver si funcionaba y le di un buen susto a mi madre cuando me encontró, pero el efecto pasó pronto.

En fin, volviendo a donde estaba, hoy era la víspera de la coronación de Loki y, con suerte, también sería el día de la ruptura de mi compromiso tras lo que había descubierto hace poco. Así que estaba más o menos de buen humor.

Me senté frente mi tocador para arreglarme, y es que frente a mí tenía también cosméticos de mi propia elaboración. Miré mi rostro limpio en el espejo antes de ponerme manos a la obra, no es que tuviera una belleza excepcional, pero tampoco era un orco como me había llamado Loki cuando era niña, era simplemente normal, aunque debía reconocer que había algo en mí que atraía, no sabía el qué.

Me eché mis cremas en el rostro, me puse pigmentos en mis parpados y me puse un bálsamo en mis labios que potenciaba su color natural, este llevaba menta por lo que el frescor me inundó los labios y mi boca. Después, eche un aceite en mi cepillo y lo pasé por mi cabello, este quedó completamente definido y con un brillo espectacular. Por último me puse un poco de perfume de mis flores y ya sólo me faltaba vestirme.

Para ello había elegido un vestido de gasa ligero y en tono verde, verde como la hierba de mi hermoso jardín. Observé la forma de mi cuerpo en el espejo, hacía años que había dejado de tener el cuerpo de una niña y eso que tardé en desarrollarme.

LOKI LAUFEYSON // HISTORIAS Y ONE-SHOTS 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora