CAPITULO CUATRO

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Salió de su casa con esperanzas de volver a encontrase con el chico de su deja vu por el parque. Tenía esperanzas de que volviera a suceder lo del día anterior. No sabía exactamente por qué, pero era lo que quería. Hongjoong quería volver a encontrarse con ese chico y quería volver a sentirse como se sintió. Había pensado tanto en ese momento que ya hasta se preguntaba si había sido fruto de su imaginación.

¿Ese chico tan bello era real? En su cabeza él iba caminando a cámara lenta. ¿Era aquello un deja vu o amor a primera vista? Quería conocer al muchacho. Quería encontrarlo. Tenía que encontrarlo.

Hongjoong ese día se despertó más temprano de lo normal, cosa que para él era muy difícil. Dormir era una de sus muchas pasiones. Se despertó pronto para poder pasear tranquilamente por el parque cercano a su trabajo, por si con suerte le veía a él. Pero no quedaba ni rastro. A esa hora tan temprana apenas había gente.

Entró a su estudio notablemente decepcionado. Cosa que no pasó desapercibida para su compañero de trabajo San.

San, San. Choi San. Una persona interesante con la que era imposible aburrirse. Gracioso y atractivo. Era un espléndido compañero, excepto en los momentos serios. Él nunca podía mantenerse serio en una situación así, cosa que era lo contrario a Hongjoong, que se tensaba y quedaba serio por la mínima cosa.

–Uy, a alguien le pasó algo. ¿Qué es lo que te ha decepcionado esta vez? Por lo menos no es venir al trabajo cuando no te corresponde.–

Suspiró riendo un poco por el comentario ajeno. Sí, le molestaba bastante cuando le pasaba, que no eran pocas veces. Pero mejor reír que llorar. El chico del día anterior vino a su cabeza. ¿Sería correcto contárselo a San?

–Creo que ayer tuve un deja vu.– el menor dio unos pequeños saltitos antes de hablar

–¡A mi también me sucedió! Fue súper raro. Estuve un montón de días pensando en ello. No me lo podía explicar, y sigo sin poder hacelo. ¿Cómo fue?–

–Fue raro, sí. Pero el chico que vi pasar se quedó grabado en mi mente. Quiero volver a verle. Quiero conocerle. Bajé hoy por la mañana para ver si estaba por ahí paseando como ayer, pero nada.– se sentó de golpe en su silla cuando pronunció la última frase

Era una situación complicada. No sabía si volvería a ver a ese muchacho. Quizá los deja vu eran así. Sucedían una vez, y ya no volvías a saber nada. La imagen se difuminaba en tu mente hasta que tú mismo crees que fue una simple imaginación.

El rubio se sentó a su lado, con intención de decirle algo más antes de componer. Le dijo que no se preocupara al ver que tenía cara de incertidumbre. Quizá le vería al salir del trabajo, o a la mañana siguiente, o dentro de unos días.

–Bueno, ¿inspirado? ¿Empezamos ya?– obtuvo un asentimiento en respuesta

…ᘛ⁐̤ᕐᐷ

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