Mingi no pudo salir de allí más feliz. Estaba que trepaba por las paredes. Llegó a su casa y se sentó en el sofá soltando un suspiro enamorado. Marcó a su mejor amigo, a su amigo de la infancia. Sabía que él querría escucharle aunque fuera muy pesado.
–¡No sabes qué!– soltó nada más escuchó un pitido en el móvil
–Buenas tardes Minmin, ¿qué tal te fue?– ignoró las primeras palabras del contrario
–Me tiene loco. No puedo estar más feliz. Te dije que desde que le vi en el parque supe que era el indicado. Es tan lindo.– no le estaba viendo pero su amigo estaba seguro de que en ese momento tendría cara de embobado pensando en el muchacho
–¿Es tan bajito como decías?–
–Sí. Me dan ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca.–
–Qué exagerado que eres hijo.– rió –¿Sabes lo que deberías proponerle? Deberíais quedar todas las tardes para contaros como fue vuestro día. O te dijo que trabajaba cerca del parque, así que espérale ahí cuando salga de trabajar y habláis ahí. El lugar es muy bonito.–
Se hizo una imagen mental. Él y el bicolor en el parque, tumbados en el césped viendo el anochecer. Se tomaban de la mano mientras hablaban de su día y contaban anécdotas que salían espontáneas. La brisa despeinaba su suave cabellera y hacía que su nariz se quedara rojita por el fresco. Sonreía hacia la luna.
–Yunho tienes las mejores ideas del mundo. Te como la cara.– hizo sonidos de beso cerca del altavoz, escuchando carcajadas en respuesta
–Pues me ha salido así espontáneo, sin más. En fin, tengo que seguir pasando apuntes de la universidad Minmin. ¿Mañana me cuentas qué tal con tu amor?–
–No lo dudes Yunyun, seguro estoy pesado con ese tema. Pido perdón por adelantado. ¡Mucha suerte con tus apuntes y exámenes guapo!–
Se despidieron entre bromas y piropos, nada nuevo entre ellos. Eran tantos años de amistad y nada había cambiado. Quizá sonaba aburrido, pero era increíble. Yunho y él se habían conocido hace mucho tiempo, cuando ellos eran niños. Y eran inseparables.
Pensando en la bonita amistad que conservaba se metió en el chat de su mayor. Un poco nervioso pensó en qué decir exactamente. Una idea mejor se pasó por su cabeza rápidamente, como una estrella fugaz. Estaba claro, iba a darle la sorpresa. Esperaba que Hongjoong no cambiara su ruta habitual ese día.
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Todos los días la misma rutina. Algo deprimente para algunos, pero no para Mingi. Después de salir de una época mala aprendió a verle lo bueno a las cosas. Se sentía cómodo formando parte de una rutina y tampoco le importaba mucho ya que lo que él quería era ir al estudio y hacer lo que le gustaba. ¿Qué más da lo que fuera antes y después? El alto vivía por la música y por los pequeños momentos con sus seres queridos.
Hizo el camino habitual. Treinta minutos de su casa al estudio, estaba acostumbrado a caminar tanto. Pasó un día de trabajo ligero y un poco aburrido. Pero el día aburrido que llevaba se arreglaría esa tarde ya que iba ir a ver a Hongjoong. Ese chico que prácticamente vivía en sus pensamientos.
Se sentó en el césped a esperar pacientemente. Miraba a la dirección en la que le había encontrado la primera vez. Imaginaba el momento en el que aparecería por allí para alegrarle el día.
Visualizó su cara entre unos arbustos, acercándose hacia donde estaba en ese momento. Era él. Por un momento, contuvo el aire sin darse cuenta, un poco nervioso. El mayor le vio y se quedó paralizado para luego correr en su dirección.
–¡Mingi!– el nombrado le dedicó la mejor sonrisa que tenía, se la dedicó solo a él
–Hola Hongjoong. Te estaba esperando.– la última frase sorprendió al contrario
–¿Me estabas esperando?– sintió un cosquilleo por el cuerpo de nuevo –¿Necesitas algo?–
–Verte.– se quedaron mirando unos largos segundos –Sonará raro ya que apenas hablamos ayer, pero me caíste muy bien y pensé que sería buena idea esperarte cuando salgas del trabajo para que me cuentes tu día o para hablar de cualquier cosa. Para estar contigo.–
El mayor simplemente se quedó sin palabras. Sabía que si hablaba iba a tartamudear así que, para evitarse la vergüenza, calló. Agarró la mano contraria e hizo que se sentara con él, los dos juntos.
–Te contaré mi día si me cuentas tú el tuyo primero.– sonrió y el alto sintió que su vida entera se iluminaba
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DEJA VU ♡ minjoong !
Fanfic♡ ¿Deja vu? Eso era algo que Kim Hongjoong no se creía. No creía que esas cosas pudieran suceder. En su vida podría tener un deja vu, eso era mentira ¿verdad? Sin quererlo y sin poder creerlo, su primer deja vu se convirtió también en su primer amor...