Capítulo 35

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En ambas vidas, sus ojos seguían luciendo vacíos.

En la oscuridad de la noche, todos los lugares del pueblo estaban tristemente silenciosos. Gu Heyan caminó hacia la posada con Mu Zhiming en su espalda. Mu Zhiming estaba demasiado ebrio para hablar claramente, sin embargo no quería quedarse callado. Con un rebosante entusiasmo, siguió hablando: "Gu Heyan".

"¿Hm?"

"¿Quieres que te tararee una canción?"

"Bien."

Mu Zhiming luego tarareó entre susurros al oído de Gu Heyan. Su tarareo era muy desafinado e intermitente. Después de tararear, se burló de sí mismo: "Mi tarareo es tan feo".

Gu Heyan esbozó una tenue sonrisa.

"Sonreíste." Mu Zhiming miró a Gu Heyan como si hubiese encontrado algo muy extraño. "Creo que nunca te he visto sonreír".

Gu Heyan dijo: "Ahora puedes verlo".

Mu Zhiming se quedó aturdido por unos instantes. Entonces, sintió que había descubierto algo asombroso. Sus ojos formaron dos bonitos arcos y se rió secretamente.

Fue en ese momento que repentinamente Gu Heyan pensó que debía vivir una nueva vida y comenzar de nuevo. No debía optar por ceder y retirarse por temor al miedo.

Quería intentarlo y competir con Fu Yi.

Pero al segundo siguiente, Gu Heyan escuchó a Mu Zhiming susurrar unas palabras.

"Gu Heyan, lo siento. En mi vida anterior, no te llegue a devolver el colgante de jade".

Tan pronto como la voz de Mu Zhiming cayó en un silencio, sintió que la persona que lo llevaba se detuvo, temblando por todas partes.

"¿Qué pasa?" Mu Zhiming preguntó confundido.

La fría luna se escondía detrás de las oscuras nubes. La escarcha se podía sentir entre el frío viento. En el desierto, ya se acercaba el invierno, el aire era frío y la nieve caería prontamente.

En tal gran silencio, un pensamiento apareció en la mente de Gu Heyan.

Mu Zhiming podía hablar fluidamente el idioma Ji sin que le hubiesen enseñado.

Pudo entender en menos de medio día, el significado de lo que estaba grabado en la gran piedra, algo que obviamente no podría hacer un principiante.

Más importante aún, Gu Heyan recordaba el encuentro entre su vida pasada y su vida presente, podría recordar que había caminado por un puente junto a Mu Zhiming.

Gu Heyan respiró hondo y su voz estaba temblorosa: "Mu Zhiming, ¿aún... recuerdas los asuntos entre ti y el quinto príncipe?"

Al oír la mención de Fu Yi, Mu Zhiming no pudo evitar reírse internamente. Aunque no entendía por qué Gu Heyan de repente hizo esa pregunta, estaba borracho pero no inconsciente, por lo que respondió: "Lo recuerdo, por supuesto que no puedo olvidarlo".

Por unos segundos, los ojos de Gu Heyan se oscurecieron. Y a partir de ese instante, solo se podía ver un abismo silenciosamente mortal incapaz de ser perturbado por alguien en las profundidades de ellos.

Exhaló un aliento frío y recordó su vida anterior, aquellos días previos a su última expedición a la frontera. Siempre se despertaba en medio de la noche, con las manos temblando y tirando cosas. El pánico y la ansiedad inexplicables lo torturaron día tras día, y entonces hizo algo realmente fuera de sí.

El día anterior a su partida, fue a la residencia del duque de Yan para reunirse con Mu Zhiming.

En lugar de visitarlo abiertamente, saltó a escondidas el muro del patio trasero.

El general renacido siempre se usa a sí mismo como sustituto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora