El general renacido siempre se usa a sí mismo como sustituto.

Capítulo 41

Un sin fin de preocupaciones pertenecientes al mundo mortal.

Después de decirle a Mu Zhiming que regresara a la capital inmediatamente, Gu Heyan regresó a la tienda del comandante en jefe. Después de ello, durante todo el día, sus ojos estuvieron sumidos completamente en la oscuridad, sin rastro alguno de luz.

Al día siguiente, en el periodo qing chen [1], Xu Zhiwei solicitó una audiencia, por lo que Gu Heyan le permitió entrar a su tienda.

Tan pronto como Xu Zhiwei dio un paso adentro, habló: "General, Mu da..."

Gu Heyan con un tono suave, lo interrumpió "No necesitas decirlo, lo sé".

Sabía que ayer Mu Zhiming había abandonado repentinamente el campamento sin decir una sola palabra.

"General, ¿lo sabe?"

Xu Zhiwei estaba sin palabras.

"Hm." Gu Heyan asintió con un movimiento de su cabeza.

La ansiedad recorrió el cuerpo de Xu Zhiwei, "¡Entonces el General debió ir rápidamente!"

Gu Heyan preguntó inseguro "¿Debí ir? ¿A dónde?"

Xu Zhiwei pensó: No sabe ni una mierda, "¡El carruaje de Mu daren lo está esperando en la puerta del campamento! General, ¿no va a despedirlo?"

Repentinamente Gu Heyan se puso de pie, su mente se quedó en blanco y después de unos segundos, dijo: "¿Todavía no se ha ido?"

Xu Zhiwei dijo apresuradamente: "¡Todavía no!"

Gu Heyan rápidamente dio dos pasos hacia adelante, pero de repente se detuvo, la duda reflejada en sus acciones: "Yo... aún así no iré, puedes despedirlo por mí".

Aunque por alguna razón Mu Zhiming no se había ido tan enojado del campamento como en su vida anterior, sus palabras de ayer deberían haberlo puesto furioso.

Gu Heyan no sabía qué más hacer y solo pudo decirlo de esa forma. Solo sus palabras podrían hacer que Mu Zhiming regrese inmediatamente a la capital. El invierno en la frontera era despiadado, y si Mu Zhiming se quedaba más tiempo, corría el riesgo de que su enfermedad se agravara.

Xu Zhiwei se sorprendió: "General, ¿por qué usted no va a despedir personalmente a Mu daren?"

Gu Heyan habló: "Ayer surgió un pequeño problema. Él seguramente no debería querer verme en este momento".

El jefe militar Xu estaba preocupado a morir. Menos mal que Gu Heyan era su comandante en jefe porque de lo contrario, Xu Zhiwei había gritado con todo su corazón: ¡En batalla, rápidamente y sin pestañear ataca a los ojos de sus enemigos con cuchillo en mano mostrando un porte imponente! ¡Le da a este subordinado valentía! ¡Ahora su actitud es pasiva y sin tomar la iniciativa! No podrá encontrar una esposa, lo sabe ¿no? ¡¡¡Vaya rápidamente!!!

Xu Zhiwei mostró una actitud seria: "General, usted puede pensarlo detenidamente. Pero si no hace nada respecto a este asunto, ¡se arrepentirá por toda su vida!"

Al mismo tiempo, junto al carruaje y a la torre de vigilancia de madera del campamento militar, Mu Zhiming esperó silenciosamente durante mucho tiempo.

Hace unos momentos, Xia Houhu y Xu Zhiwei habían venido a despedirlo. Mu Zhiming les agradeció y preguntó tentativamente: "¿Por qué motivo no he visto al general Gu? Esta mañana, ha estado involucrado en varios asuntos militares, ¿por lo que le es un inconveniente venir?".

Xia Houhu dijo: "El general Gu ha estado muy ocupado..."

Xu Zhiwei levantando su voz, interrumpió repentinamente: "¡No! ¡¡¡No está ocupado!!!"