La luz que se filtraba por los ventanales de la habitación junto al calor que sentía y el peso sobre parte de mi cuerpo, mi mirada se fijaba detenidamente en Lennox, el cual dormía plácidamente abrazado a mi cintura con su cabeza posada en mi abdomen, a pesar de encontrarme incómoda por varios factores, pero aun así no me sentía capaz de fastidiarle la mañana.
No recordaba muy bien lo ocurrido la noche anterior luego del sexo, recordaba algunos intercambios de palabras, besos y caricias, pero no en que momento decidimos por dormirnos, o a qué hora me desconecte del mundo por lo cansada que me encontraba.
—Buenos días—su ronca voz me hizo recordar la noche anterior lográndome erizar.
—Buenos días— acaricié su cabello alborotado, concentrándome en esta, intentando que la vergüenza no me invadiera de nuevo.
¡Maldita vergüenza!
—Su majestad creo que deberíamos tomar un baño—hablo mientras dejaba un camino de besos desde mi ombligo hasta mis labios, los cuales beso castamente—Creo que la temperatura de la habitación está muy alta, la acomodaré en un momento, tú espérame en el baño ¿bien? —dejo otro beso en mis labios y luego señaló a la habitación que supongo era el baño.
Se levantó primero dejándome apreciar su cuerpo desnudo mientras se acercaba a una pequeña pantalla de mando, suponía que era, la piel pálida de su espalda tenía una que otra marca roja, arañazos que seguramente le realice inconscientemente durante la noche haciéndome sonreír satisfecha por aquello.
Levantándome despacio, noté el dolor en mi feminidad y entumecimiento en las piernas junto a gotas de sangre en las blancas sábanas de la cama, suponía sería la forma de afirmar que el matrimonio fue consumado. Camine hasta el baño sintiendo como el dolor bajaba de a poco mientras me movía, pero seguía ahí, sin importar que bajo fuera.
La tina era grande como la de mi habitación, el baño era bastante parecido en realidad exceptuado por la gran ventana junto a la tina con una vista más amplia a la costa, mientras se llenaba la tina miraba asombrada el paisaje limpio y bien cuidado, sin personas por doquier manejando la pesca o niños jugando con los animales que solían conseguir entre las rocas o escarbando en la arena.
—Veo que preparaste la tina—no podía negar el susto de escucharle tan de repente, pero fui poco obvia solo asintiendo sin girar a verle.
—Si gustas podríamos ir más tarde, luego de que atienda algunos problemas y disfrutar un poco del mar—sus manos se enredaron en mi cintura, y dejó un beso en mi nuca luego de apartar mi cabello.
—¿Mis deberes? —cuestione intentando sonar tranquila mientras sus manos acariciaban mi abdomen—No creo que los maestros ni tu padre me suelte tan fácilmente.
—Me encargaré de eso.
Dejo otro beso en mi nuca mientras una de sus manos era dirigida cada vez más arriba y la otra más abajo, juraba que estaba más cariñoso luego de lo sucedido, pero ahora sabía lo que quería, quería más, provocarme con empalagosos besos y asfixiarme de deseo para escucharme suplicar.
Sujete sus manos parando sus acciones y las acaricie antes de separarme de él y entrar a la tina, hundiendo mi cuerpo casi por completo mientras le esperaba con una expresión serena.
—Estamos casados, tuvimos sexo y a duras penas conozco quien eres—le cuestione con la mirada gacha observando su cuerpo hundirse al igual que el mío.
—Pregunta lo que quieras—su voz era más suave de lo común
—Ni siquiera sé tu edad—rio levantando la mirada fijándose en su abdomen marcado, fuertes pectorales y bíceps—¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿Cuál es tu función en el palacio que te la pasas tan ocupado a veces? —mordisqueó la uña de mi pulgar observando esos preciosos ojos azules que cargaba sintiendo el sabor del barniz de las uñas.

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RHIANNON
Science FictionBlaywer es un extenso reino el cual ha sido dirigido por más de tres siglos por una grande e insensata monarquía la culpable de dividir su pueblo con un gran muro entre los más inteligentes y poderosos, y los más humildes y "débiles". año tras año t...