—Señorita Rhiannon —La ya reconocida voz de Taia, mi dama de compañía, se hizo presente casi al instante, por lo que mi cuerpo se giró con tanta rapidez, volviéndolo un movimiento casi abrupto para saber de dónde provenía su llamado.
—Taia —sonreí con tranquilidad al verla acercarse, la incomodidad de estar junto, ahora mi prometido me ponía los nervios de punta.
—Su majestad —hizo una reverencia ante Lennox —El rey me ordenó acompañar a la señorita Rhiannon por su recorrido hasta la habitación, e informarla del nuevo comportamiento que debe tener ahora que se encuentra en el palacio.
Lennox me observó por un instante como si no le gustara mucho la idea y luego a Taia asintiendo con una sonrisa amable.
—Muy bien, señorita Ganó, está a cargo, espero le oriente de la forma correcta—fijó sus ojos azules en los míos—la visitaré más tarde en sus aposentos, espérame allí hasta que vaya por usted ¿bien?
Menee mi cabeza aceptando lo que pedía, después de todo era mejor ser obediente a quedarme sin cabeza.
Esperé a que se marchara, pero no sucedió, solo estaba ahí, de pie, observando fijamente mientras seguramente se debatía mentalmente que debía hacer, cuando entre abrí mi boca dispuesta a preguntar si necesitaba algo de mi parte, dio un par de pasos hacia atrás y luego tres más adelante, posó su mano derecha en mi mejilla izquierda y estampo sus labios contra los míos, fue un beso tan fugaz que no alcance a alejarlo o corresponder, sus labios se acercaron a mi rostro una segunda vez, esta vez besando mi frente.
Quería protestar, que como osaba besarme cuando todo esto era algo que no quería, que ni siquiera era real un romance para tocarme de tal forma y lo único que nos unía era un compromiso del cual no podría ni escapar, pero a pesar de todo, mi boca no emitió ni un sonido y mis ojos solo se resignaron a verle alejarse por los lujosos pasillos de este castillo de papel.
—Vamos señorita Rhiannon.
El palacio era más grande dentro de lo que se podía apreciar fuera, todo era blanco y dorado, con finos muebles, tecnología de punta y hasta ascensores.
Por lo menos ya conocía en que se iban las supuestas ayudas a nuestras ciudades, lujos para todos aquellos con grande poder, la caminata fue larga hasta el tercer piso, en donde nos detuvimos frente a unas elegantes puertas doradas.
—Al parecer todo aquí tiene el mismo tono— comenté en un susurro mientras Taia abría las puertas con facilidad.
—La madre del rey pidió estas decoraciones, le encantaba la elegante combinación que le daba al palacio junto a las varias obras de arte que los cubren, si algún día es reina podría elegir la decoración a su gusto—sonrió entrando—pase señorita.
—La madre del rey ¿Qué ocurrió con ella? — acomodé el faldón de mi vestido ingresando a la habitación.
—Tenía un amorío con un guardia, el padre del Rey Sven hizo que le cortaran la cabeza, bueno, aunque fuera del palacio la reina murió fue por una extraña enfermedad—Hablaba tan tranquilamente como si esto le pareciera lo más normal.
—Entiendo.
Di una mirada curiosa al entrar, la habitación tenía la misma decoración blanca y dorada que el resto del palacio que llegué a conocer durante el recorrido, exceptuando las decoraciones.
Comenzando, no era en sí una alcoba, parecía más una salita de descanso, en el lado derecho con sillones grisáceos claros con dorado, encima de estos tres, los cuales rodeaban una mesita de mármol marfil, se encontraban unos bonitos cojines azules.

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RHIANNON
Fiksi IlmiahBlaywer es un extenso reino el cual ha sido dirigido por más de tres siglos por una grande e insensata monarquía la culpable de dividir su pueblo con un gran muro entre los más inteligentes y poderosos, y los más humildes y "débiles". año tras año t...