🍖

148 19 16
                                    

El alma de Jimin había abandonado su cuerpo al descubrir que "continuar con la diversión" nunca tuvo una connotación sexual, en realidad... ¡Jungkook lo había llevado a tener una parrillada con su padre! Por dentro lo maldijo con todas sus fuerzas, las mismas que usó para actuar que no se sentía apenado al saludar al profesor, ¡Ni siquiera podía mirarlo directo al rostro al recordar que horas antes se había venido en la mano de su hijo y que para colmo aceptó seguirlo pensando que volverían a tener un momento candente!

Estaba sumamente decepcionado, tanto por ilusionarse con la idea de que podrían tener un encuentro más íntimo y de sí mismo por tener esa clase de pensamientos, ¿¡Qué diría su madre si supiera que su hijo de la nada solo piensa en que otro joven lo toque de maneras poco inocentes!?

Su pobre madre, la cual lo había criado con tanto amor, ¡Ella estaba en casa tranquila pensando que su hijo saldría con amigos! ¡Sería incapaz de imaginar que su hijo era un maldito pervertido!

Una vez que el profesor salió al patio luego de saludarlos, el rostro de Jimin palideció.

—¿Qué te sucede? Parece que has visto un muerto. —Le dice Jungkook riéndose de él.

—Ese muerto serás tú. —Le contestó reanimándose para aniquilarlo con la mirada. —¿Por qué no me dijiste que vendríamos aquí? ¡No pude ir a cambiarme a casa y apesto!

Jimin huele su uniforme, Jungkook lo olfatea de lejos.

—Yo no huelo nada raro.

—Yo sí, suelo a sudor... Y a ti... —Pasó su nariz por las mangas, ignorando la mirada nerviosa del más alto. —Por lo menos deja que me vaya a cambiar a mi casa, sería extraño si llega a olernos al acercarse mucho.

—Déjame pensarlo... —Finge hacerlo. —No. Es más, ven, voy a llenarte de mi olor.

Jungkook se lanza sobre Jimin para frotar su cabeza sobre su uniforme, y para evitar que escape, lo abraza de la cintura.

—¡Entonces yo también te dejaré mi aroma!

Inevitablemente Jimin comienza a reírse por las cosquillas que le causaba el pelo de Jungkook mientras también pasaba su cabeza por el uniforme de él. Aunque se chocaron un par de veces, eso no impedía que mutuamente estuviesen frotando sus cabezas como si fuesen un par de cachorros jugueteando juntos.

—¡Jungkook! —El rubio le da un puñetazo al estómago del susto al escuchar el llamado del señor Jeon, y el hijo del profesor suelta un quejido de sorpresa. —¡Alcánzame un poco más de carbón!

—Maldición... no creí que tuvieras tanta fuerza. —Tose, retorciéndose por la falta de aire que le proporcionó ese inesperado golpe.

—¡Oh, lo siento! ¡Lo siento!

Jimin quería ayudarlo, pero no sabía qué hacer. Le frotó la espalda esperando que eso ayudara en algo.

—Ve tú de mi parte, por favor. El carbón está debajo del fregadero.

Viendo que era era lo único que podía hacer por el chico golpeado por él, buscó la bolsa de carbón dónde le habían indicado y salió al patio para dárselo en mano al señor Jeon.

—Gracias, Jimin. Eres un invitado, deberías estar cómodo, no cumpliendo mis órdenes por Jungkook.

—No se preocupe, profesor Jeon. Jungkook fue al baño.

"Ojalá fuera eso", pensó.

—Veo. Ah, y ya que estamos, fuera de la escuela puedes llamarme Junghyug, estamos en confianza.

—Intentaré acostumbrarme a llamarlo por su nombre, señor Junghyung. —El profesor ríe animadamente tomando la bolsa que Jimin le alcanzó. —¿Necesita que lo ayude en algo más?

Sucio favor [Kookmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora