Una Segunda Oportunidad

Capítulo 21 La versión en miniatura de este maestro

Chu Wanning se quedó congelado frente al espejo, mirando su reflejo con incredulidad. Su enorme túnica se arrastraba tras él, y la mayoría de sus capas de ropa ya se deslizaban por sus hombros con los más mínimos movimientos. Chu Wanning se subió las solapas y se ciñó más la ropa, mientras su corazón latía con fuerza y rapidez.

¿Qué sucedió?

¿Por qué me he vuelto pequeño?

Extendió una mano temblorosa e intentó convocar a Tianwen. Chu Wanning respiró aliviado cuando vio que la familiar luz dorada emergía del centro de su palma. Y entonces, una pequeña vid dorada apareció en su mano.

"..."

Tianwen era lo suficientemente sensible como para adaptarse al tamaño de su maestro. Si no fuera porque sus poderes espirituales permanecían intactos, Chu Wanning habría vomitado sangre de la ira.

Dentro de su habitación, Chu Wanning caminó en círculos durante un rato, presa del pánico.

¿Qué hacer?

¿Qué hacer?

Como si su suerte no estuviera lo suficientemente podrida, alguien vino a perturbar su paz. Otra vez.

"Shizun, ¿estás despierto?"

Se oyó una voz familiar fuera del dormitorio, seguida de tres golpes en la puerta. El instinto de Chu Wanning le dijo que corriera y se escondiera, así que eso fue lo que hizo. Tenía tanta prisa que pisó su enorme túnica y tropezó. El pequeño cuerpo de Chu Wanning se liberó de su molesta túnica y rodó hacia delante como una pelota, estrellándose contra la pared. Solo su ropa interior seguía pegada a él, así que salió corriendo mientras envolvía su ropa interior alrededor de su pequeño cuerpo.

"¿Shizun?"

Mo Ran entró en cuanto escuchó el ruido de choque que salía del dormitorio de Chu Wanning. Lo que vio lo enfureció rápidamente. El edredón fue arrojado de la cama por completo. Y Chu Wanning, dondequiera que estuviera, ¿por qué iba a volver a tirar su ropa al suelo después de que Mo Ran limpiara su dormitorio con mucho esfuerzo?

Murmurando maldiciones en voz baja, Mo Ran fue a poner el edredón de nuevo en la cama y a recoger la ropa esparcida por el suelo.

¿Pero dónde estaba su Shizun?

¿Dónde estaba Chu Wanning?

¿Se sentía mejor después de haber descansado toda la noche?

Mo Ran recordó que Chu Wanning era especialmente débil contra el frío. No podía estar expuesto al aire frío durante mucho tiempo, o caería fácilmente enfermo. Cuando aún era su concubina Chu, Mo Ran no solía prestar atención a la salud de Chu Wanning. El hombre que originalmente tenía una disposición débil se volvió más y más débil en sus manos. Tan débil que durante las noches en las que TaXian-Jun cuidaba de la febril Concubina Chu, a menudo pensaba que Chu Wanning acabaría muriendo de frío. Que dejaría de esforzarse por aspirar otra bocanada de aire y se rendiría.

Pero no lo hizo.

Perseveró.

Al final, murió en sus propios términos.

Mo Ran suspiró.

Odiaba a Chu Wanning por lo que había hecho en su vida anterior, pero no podía negar el hecho de que la muerte de Chu Wanning desbarató su vida por completo. Sin la persona a la que amaba y la persona a la que odiaba, la vida había perdido su sentido.

"¿Shizun?" Mo Ran volvió a llamar.

No hubo respuesta.

Mo Ran frunció el ceño.