Una Segunda Oportunidad

Capítulo 34 Este maestro debe enseñarte una lección hoy

El ataque fue tan repentino e inesperado. El cuerpo de Chu Wanning se puso rígido y se sintió entumecido por todas partes mientras Mo Ran se volvía loco encima de él. El mordisco le abrió una herida en el labio y la sangre empezó a brotar. El adolescente lamió la sangre y chupó los labios de Chu Wanning con fervor, como si tratara de beber cada gota de sangre de su cuerpo. El cálido cuerpo del joven de sangre caliente estaba encima de él, presionándolo como un hierro candente.

Mientras era besado salvajemente por Mo Ran, la mente de Chu Wanning era un desastre. ¿Qué había hecho mal para ganarse este tipo de trato?

En su vida pasada, Mo Ran le humilló y torturó durante años porque pensaba que Chu Wanning era responsable de la muerte de Shi Mei. Eso no era cierto, pero al menos había una razón para el continuo acoso.

En esta vida, Chu Wanning hizo todo lo posible por mantener una distancia entre él y Mo Ran. Incluso llegó a darle a Mo Ran todo el tiempo posible de intimidad con Shi Mei. Si todo iba según el plan, Mo Ran debería haber centrado su atención solo en Shi Mei y haber dejado en paz a Chu Wanning.

Aquella vez en Ciudad Mariposa fue un incidente desafortunado que ambos lamentaron claramente.

¿Qué ha pasado esta vez?

¡Chu Wanning no se había encontrado con Mo Ran en un cuerpo adulto durante meses! Si nos remontamos a los últimos tres días, ¡no había hecho ni una sola cosa para agraviar a Mo Ran!

Entonces, ¿por qué estaba Mo Ran tan descontento?

¿Qué causó que su estado de ánimo fuera inestable?

¿Qué había pasado exactamente? ¿Por qué nada estaba funcionando de acuerdo al plan?

Mientras Chu Wanning estaba aturdido, las embestidas de Mo Ran pasaron de los labios de Chu Wanning a su cuello. Este último estaba tan sorprendido que ni siquiera registró los besos salvajes. Lo que le hizo volver a la realidad fue el sonido de su ropa rasgada en dos, seguido de la boca de Mo Ran que se cerró sobre uno de sus capullos de cereza. La lengua caliente y húmeda del adolescente presionó el tímido granito y envió una corriente eléctrica al cuerpo de Chu Wanning.

Ese fue el fin de la paciencia de Chu Wanning.

La Flor del Odio podía irse al infierno, y Mo Ran era bienvenido a unirse a ella.

En su estado de locura, Mo Ran no temía nada. Era como una bestia salvaje hambrienta que no había comido carne durante meses. Una vez que la carne se hizo visible, no pudo contenerse más y tuvo que comer como un glotón. Todo lo que quería en ese momento era beber la sangre de Chu Wanning y devorar su carne. Sin embargo, en su lujuria, Mo Ran aún sintió que los pequeños pelos de su cuerpo se levantaban segundos antes de ser brutalmente azotado por una vid de sauce dorado. Antes de que pudiera ver bien, le siguieron el segundo, el tercero y el cuarto golpe. Tianwen estaba prácticamente desbocado en la habitación, derribando las lámparas de la mesa y sumiendo la habitación en la oscuridad.

Mo Ran gritó de dolor y saltó de Chu Wanning como un perro asustado.

Chu Wanning era originalmente malhumorado. Se había estado conteniendo mucho cerca de Mo Ran por miedo a acelerar el control de la Flor del Odio sobre el corazón de Mo Ran. Ya que contenerse aparentemente no funcionaba, entonces era el momento de darle una paliza a Mo Ran junto con la despreciable Flor del Odio.

"Así que ódiame si debes", siseó Chu Wanning mientras Tianwen caía sobre el cuerpo de Mo Ran sin piedad y lo azotaba sangrientamente.

Cuando Chu Wanning terminó, Mo Ran ya había perdido la mitad de sus almas y Chu Wanning se había transformado de nuevo en Xia Sini. El niño estaba tan enfadado que azotó la superficie de la mesa e hizo que el juego de té de porcelana cayera al suelo y se hiciera pedazos.