Una Segunda Oportunidad

Capítulo 37 Este maestro vió a un viejo conocido

La zona del lado Oeste estaba destinada a los del grupo de Defensa. Sería una injusticia para la tribu de los plumíferos afirmar que la zona solo servía de alojamiento temporal para los cultivadores. El espacio asignado no solo incluía veintitantos patios de residencia que albergaban hasta cuatro personas, sino también mercados, jardines, calles con sus propias montañas y lagos. Sería justo llamarla la Aldea del Lado Oeste.

Aunque Mo Ran había visto las maravillas que había debajo del lago Jincheng, el impresionante paisaje de la zona del lado Oeste todavía conseguía sacarle el aire de los pulmones.

"Mira, Shidi. Qué bonito".

"En".

"Mira, Shidi, el agua es tan clara".

"En".

Chu Wanning fue arrastrado por Mo Ran para ver varios lugares hermosos de la zona escénica. El pequeño sintió inconscientemente que Mo Ran lo arrastraba lo más lejos posible de los otros discípulos del grupo. Cuando giró la cabeza, ya no pudo ver a Jiang Xi.

El grupo que venía de la Secta Guyue'ye y del Pico Sisheng era el último grupo que la tribu de las plumas había reclutado del Reino de Cultivo. Los de otras sectas ya habían llenado más de la mitad de las residencias del patio.

Mientras los discípulos de la Secta Guyue'ye iban a elegir sus casas, Mo Ran seguía tirando de Chu Wanning para evitar que se mezclara con los despreciables y arrogantes discípulos.

Después de que todos, excepto ellos dos, terminaran de elegir sus residencias temporales, Mo Ran arrastró felizmente a Chu Wanning a la única casa que quedaba en el lado Oeste. Había cuatro cámaras privadas dentro, una para cada persona. Las cámaras no eran igual de grandes, siendo la cámara-cama principal la más grande y lujosa, y tres cámaras-cama de tamaño uniforme pero más pequeñas.

Para sorpresa de Mo Ran, la cama-cámara más grande estaba ocupada.

"Qué raro", dijo. "Pensé que ésta estaría vacía. No importa. Shidi, ¿qué cámara eliges?"

A Chu Wanning nunca le ha importado mucho el tamaño de las habitaciones. Tampoco le gustaban las decoraciones llamativas. Así que eligió una habitación de bambú humildemente decorada con la ventana que daba a un lago.

Mo Ran encontró una cómoda habitación de piedra.

Justo cuando las dos personas se acomodaron en sus habitaciones, una voz autoritaria sonó desde la habitación más grande del patio.

"¿Cuántas veces tengo que decir que este patio no está disponible para gente como ustedes? Váyanse ahora antes de que pierda la paciencia".

El apuesto joven se presentó en la entrada de la sala más grande, apoyándose en el marco de la puerta con arrogancia. La antipatía estaba escrita en su rostro. Mo Ran enarcó una ceja y se preguntó quién era ese imbécil.

Chu Wanning abrió los ojos con sorpresa. La última vez que vio al joven, solo era un niño que acababa de perder a su madre. Con el paso de los años, el chico se había convertido en un joven y apuesto cultivador, que por desgracia tenía un ego del tamaño de una ballena.

Nangong Si.

La comisura de los labios de Mo Ran se levantó en una sonrisa
"¿Y tú quién eres? ¿Treinta?"

Se refería, por supuesto, a la gente de la tribu de los plumíferos, que eran nombrados según el orden en que venían al mundo. Nangong Si no captó la burla. Frunció el ceño y preguntó en su lugar: "¿Parece que tengo treinta años? ¿Estás ciego?"

Mo Ran, "..."

Chu Wanning, "Esta es la última casa con habitaciones vacías".

Nangong Si chasqueó la lengua.