𝑮𝑶𝑵𝑬 | ᴛʀᴜᴇ ʙᴇᴀᴜᴛʏ sᴘɪɴ-ᴏғғ

2t: seis

Rachel no tenía sus manos quietas, movía sus dedos sin parar, arrepintiendose de lo que le había pedido a Han. En todo este poco tiempo él le había demostrado que era alguien en quien confiar, y lo mejor de todo, era que ella se sentía cómoda con el. Además, era el único a parte de Aspen que sabía sobre sus sentimientos.

Pero estaba arrepentida.
Ella al igual que él, era muy inteligente. Sabía con solo mirarlo a los ojos en esa pista de hielo que a él le gustaba Jugyeong, pero era algo obvio el hecho de que de parte de ella no había ese mismo amor.

Era difícil para él, lo sabía, pero tal vez de esta manera podía soltarla.

Sin embargo, Han Seojun quedó en un trance por la inesperada propuesta de la rubia. ¿Hacer que la chica que le gusta desde su adolescencia se fuera con uno de sus amigos? ¿De verdad?

—¿P-por qué quieres hacer eso? —preguntó nervioso, parpadeando muchas veces

Rachel lo miró fijamente, detallando su mirada.

—Así... podré dejarlo —confesó— quiero arrancar de mi corazón esto que siento, y no será fácil

'eres un idiota, Han Seojun, ¿lo sabías? la chica más dulce e inocente de este planeta ha decidido soltarle las patas a un amor no correspondido; y tú sigues ahí, esperando a que Jugyeong voltee a mirarte' pensó él

Aún así, por más que lo pensó, por más que se regañó a sí mismo, no podía hacerlo; no podía aceptarlo.

—¿¡Y por qué me lo pides a mi?! —se exaltó

Rachel dió un pequeño brinco asustada. Seojun estaba empezando a enojarse, en el fondo él no quería actuar así, no con ella. No con la chica que la estaba pasando igual o peor que el con toda esta situación, pero sus sentimientos lo estaban dominando.

Miró ese destello en los ojos de ella, tenía miedo. Se arrepentía completamente de haberle pedido ayuda a Seojun

— Y-yo... lo-lo sient...

—Olvidaré que me acabas de pedir eso —no la dejó hablar— y tú, sácame de tu plan, no participaré en esto. No vuelvas a pedirme algo así, porque no lo haré.

El labio inferior de Rachel temblaba, los ojos rasgados de Seojun se habían vuelto aún más aterrorizantes cuando no está de buenas. Le dió una última mirada a la rubia y se giró hacia la puerta

—Han Seojun —lo detuvo

El azabache se detuvo, pero no volteó a mirarla, solo permanecía ahí en el marco de la puerta con su cabeza levemente ladeada. Rachel puso sus brazos a sus costados, tomando un poco de valentía para hablar aunque en el fondo estaba muy nerviosa.

—¿De verdad quieres seguir de este modo? ¿Quieres seguir mendigando por el amor de alguien que... nunca sentirá algo por ti? —dijo Rachel firme—

Seojun no respondió ante eso, solo cerró sus ojos y suspiró pesadamente

—Pues yo no quiero. —confesó— no quiero seguir haciéndolo, no soy feliz haciéndolo y él tampoco lo será si yo lo retengo de ir con la persona que ama. Así que solo te diré algo, Han Seojun... si la amas a ella y te amas a ti mismo, déjala ir. Quiérete. Tu alma no merece ser humillada de tal manera. La mía tampoco, por eso...