𝑮𝑶𝑵𝑬 | ᴛʀᴜᴇ ʙᴇᴀᴜᴛʏ sᴘɪɴ-ᴏғғ

1| 𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐜𝐞

-No respondió, que raro -dice la rubia en voz baja, para luego hacer un puchero.

Tiró su celular a un lado de ella, haciendo que este rebotara pero volviese a caer en el colchón. Estiró sus piernas descansandolas sobre sus sábanas y se quedó mirando la tabla que había sobre ella, la tabla que sostenía la cama de su compañera de cuarto.

Ya era media noche, ni Suho ni Aspen habían dado señales de vida desde esta mañana. En el caso de As, la última vez que la vió fué cuando salió rumbo a su clase de Diseño, y, según su horario debía llegar a las 6:00 de la tarde.

De repente la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a la castaña con su cabello completamente alborotado y enredado, un pequeño corte en su labio y su mejilla levemente hinchada. Estaba claro de que se veía de lo peor.

As tiró su bolso en alguna parte de la habitación e ignorando la presencia de Rachel lentamente se acercó hacia la puerta del baño

-¡Hey! -exclama Rachel con una sonrisa en rostro

Su amiga se giró con cara larga y la miró

-¿qué te sucedió? -pregunta la rubia

Aspen bajó su mirada- Unos pedillos...

Rachel soltó una pequeña risa.

-No estoy de humor ahora, Rich

La sonrisa que tenía la pequeña Rachel en ese momento se esfumó, y, mientras analizaba la cara de su amiga mordió su labio inferior. Aspen se dió la vuelta y con lentitud volvió su camino hacia el baño.
La rubia se sentía un poco preocupada por ella, normalmente Aspen no era una persona que solía estar triste, y en caso de que lo estuviese, a menudo no lo demostraría.

Rachel sabía que una persona triste busca refugiarse en la nostalgia y soledad para alejarse de la realidad, lo sabía más que nadie porque ella misma había pasado por esos momentos de tristeza y es en ese preciso momento cuando no se le debe juzgar ni recriminar por su actitud.

Lo mejor es tratar de entender las circunstancias del porqué de su comportamiento. Por eso es que Rachel Solis ser empática con todos y estar allí sin condiciones para esa persona. Odiaba ver a alguna persona triste.

Y es por eso que decidió ser médico, amaba ayudar a las personas en sus peores momentos.

Mientras esperaba a que As saliera del baño el celular de la rubia vibró, lo levanto y pudo ver un mensaje de Lee Suho

Se emocionó, pero no lo suficiente ya que seguía pensando en su amiga

S: para mí también fue un día agotador, acabo de comer un sándwich, ¿cómo está As?

Rachel frunció su seño con la última pregunta. ¿Por qué preguntaba por Aspen? ¿Acaso tenía una corazonada?

De repente otro mensaje de Suho entró

S: asegúrate de que esté bien

Rachel aún con confusión colocó el celular encima de su escritorio y se acercó a la puerta del baño.