𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐢𝐧𝐠𝐬 [𝘖𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘪𝘯𝘨𝘵𝘰𝘯]

𝟑. El terror después de la fiesta.

Después de cambiarme de ropa en el vestuario, fui al exterior en busca de Chrissy y devolverle la diadema de una vez por todas. Deambulé por la entrada del instituto, pero no hubo rastro de ella por ningún lado, cansada de ir arriba abajo me rendí, ya se la devolvería a la vuelta de las vacaciones o cuando la viera. Me topé con Lucas mientras bajaba la rampa que conducía a las afueras del instituto.

—Ha sido un muy buen tiro —le felicité.

—Gracias —sonrió.

De pronto, las puertas del edificio de enfrente se abrieron, dejando ver a los miembros del club Fuego Infernal, ellos también estaban celebrando algo, miré a Sinclair, en su rostro se podía ver una mueca de decepción.

—¿Ella no es tu hermana? —pregunté.

Antes de que pudiera responderme, Patrick se acercó a nosotros, le pegó una palmada en el hombro a Lucas, sacándole así de su trance.

—Lucas. Venga, tío —McKinney me miró—. Vamos a celebrarlo, ¿te vienes?

—¿Una fiesta? Claro, por qué no.

Los tres fuimos detrás del resto del equipo de los Tigers, por el camino fui preguntando quien asistiría a la fiesta, me dijo muchos nombres de los cuales a ninguno le ponía cara, claramente, a las animadoras que iban a ir sí, además, Patrick mencionó a Chrissy también, por lo que no sería necesario esperar hasta que terminen las vacaciones para devolverle la diadema, puede que esté un poco obsesionada con dárselo a Cunningham, pero no me gustaba tener algo en mi poder que era de otra persona, además, me lo había prestado y sentía una necesidad terrible de ya no tenerlo conmigo. Fuimos en el coche de Jason hasta lo que fue una hamburguesería, el local tenía tapiadas las ventanas con trozos de madera y había graffitis por doquier. Pude contar hasta doce coches aparcados por los alrededores y unas cuantas motos, desde donde nos encontrábamos ya se podía oír la música. Carver entró primero, después Lucas y yo y para finalizar, el resto del equipo. Había dos bidones pegados a una pared repletos de alcohol y un montón de vasos rojos dispersados por las mesas, estanterías e incluso por el suelo. Yo me dispuse a coger uno de los que se encontraban en una superficie alta, solo por si acaso, y lo llené hasta arriba. Primero olí el líquido, una mezcla de vodka y zumo de naranja, pegué un sorbo, personalmente, sentí que estaba bueno.

—¿Quieres probarlo? —le pregunté a Sinclair.

Él se encogió de hombros, agarró mi vaso y pegó un sorbo, esperó un poco a que el sabor le llegara e inclinó el resto del vaso para bebérselo.

—Eh, eh, eh —le agarré del brazo apartando de su boca el alcohol—, despacio vaquero. Sé que estás triste, pero el beber de esta manera no es una solución —dije recordando todas sus muecas de decepción y tristeza.

—Lo sé, pero de momento es lo único que ayuda.

Se alejó de mi lado después de arrebatarme el vaso que había llenado para mí. Me dispuse a llenar otro cuando de pronto Carver gritó algo sobre un concurso de bebidas, me acerque hasta donde estaban, la multitud rodeaba al capitán del equipo de básquet y a Lucas, parece que Jason me vio y por ello me tiró hasta ellos.

—¿No te quieres unir, Harrington? —me preguntó.

Si no fuera por las locas fiestas a las que mi hermano iba cuando estaba en secundaria, ni siquiera me conocerían y a él, mucho menos. Siempre se le ha conocido como el "Rey Steve", que ese título se lo ganó no solo por salir con casi la mitad del instituto, si no que también, como ya he dicho antes, ir a fiestas, y por ser un total imbécil. Bendito sea el día en el que dejó todo eso atrás, no recuerdo cómo es que pasó de ser esa persona a lo que es ahora, sinceramente, Steve es mucho más agradable conmigo actualmente, en el pasado, o al menos cuando la pubertad le estaba atacando, era totalmente un capullo. No puedo decir si es que Nancy lo cambió o si fue por voluntad propia, pero prefiero creer que se dio cuenta de cómo estaba actuando con los demás y decidió usar la razón que descubrió que tenía. Ahora mismo, el Steve que conozco es mil veces mejor, además, la amistad que tiene con Robin es estupenda, parecen almas gemelas. Yo, por el otro lado, había ido a dos fiestas contadas, una de ellas con Chrissy, que fue la primera, en esa acabé con un dolor de cabeza impresionante, fue mi primera borrachera.