𝟕. La casa de Victor Creel.

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Tras lo sucedido regresamos a la casa de los Wheeler, allí nos encontramos con Robin y Nancy. Como hacía más de dos días que ninguno pegamos ojo, decidieron descansar por lo menos esa noche, por lo que todos nos acomodamos en algún lugar del sótano. Llegamos allí sobre las nueve de la noche, cenamos lo primero que encontramos y luego todos nos dimos una ducha, claramente por turnos, Nancy me prestó ropa limpia de cuando ella tenía mi edad. Entre la cena y el baño nos fuimos a dormir a la una de la mañana. Habían acordado que primero sería yo quien vigilase a Max, el siguiente sería mi hermano, Robin, Nancy, Lucas y por último Dustin. Todos se durmieron enseguida, mientras que yo tenía mi mirada puesta en Max. Nancy pensó que sería una buena idea que yo me quedara la primera despierta, puesto a que así podría dormir más que los demás y mi sueño no se vería interrumpido, no se como es que averiguó que yo no había dormido absolutamente nada, pero agradecí que lo supiera. Mayfield tenía los cascos puestos, pero los ojos abiertos, esperé quince minutos para ver si los cerraba.

—¿No puedes dormir? —le pregunté susurrando.

Ella se dió la vuelta para mirarme y paró la música. Negó con la cabeza.

—Cada vez que cierro los ojos veo... Eso —contestó.

—No entiendo qué está pasando, pero si quieres hablar sobre ello puedes contar conmigo, aunque no tenga ni idea del tema, soy buena escuchando —le sonreí.

—Gracias...

Me quedé callada un momento, ella es la que más debe descansar ahora mismo, y me sabe mal que no pueda por el trauma que le ha causado el hecho de haber levitado, o que cualquier cosa se haya metido en su mente.

—Intenta dormir un poco, estamos todos aquí, no te puede pasar nada —dije.

—Lo sé... Pero simplemente no puedo.

Me acerqué un poco más a Max y le di la mano.

—Alomejor, si tienes contacto físico con alguien si que podrás dormir —comenté—, tal vez, tu subconsciente necesita saber que no estás sola.

Ella asintió y apretó mi agarre. Me sorprendí por el simple hecho de que estaba confiando en mí. Vi como cerraba los ojos e intentaba dormir. De pronto me susurró:

—¿Puedes dormir conmigo?

Yo, atónita, asentí. No espere que Max me pidiera dormir juntas, me levanté del suelo y me tumbé con ella en el sofá. Al cabo de un rato, pude notar como su respiración bajaba, se había dormido. Yo intenté no hacer lo mismo, me estaba muriendo de sueño pero quería aguantar hasta el turno de mi hermano. Afortunadamente, su turno llegó más rápido de lo que esperaba. Me levanté del sofá con cuidado, para no despertar a la pelirroja y comencé a sacudir a Steve, él abrió los ojos.

—Es tu turno —murmuré.

Steve asintió y yo regresé a dormir con Max. Tiempo después, me dormí. Desperté por culpa del walkie-talkie de Dustin, al abrir los ojos me di cuenta de que era la única que estaba en el sofá, Max se había ido. Pude distinguir la voz que salía del aparato, era Eddie, Nancy se levantó del suelo y atendió a su llamada.

—Hola, soy Nancy —dijo.

¡Wheeler! Hola —saludó Eddie—. Voy a necesitar comida muy pronto, a no ser que queráis que salga por ahí.

—No, no salgas. Quédate donde estás, iremos en cuanto podamos.

Sí, oye... —le interrumpió—. ¿Podéis traer birras? Sé que es una gilipollez ponerse a beber ahora, pero una cervecita fría me calmaría los nervios.

Nancy se giró, me miró y sonrió, pero se le borró la sonrisa al darse cuenta de que Max no estaba conmigo.

—Luego te llamo —le soltó a Eddie.

Wheeler se dirigió a Dustin y le comenzó a sacudir para despertarle.

—¡Dustin! ¡Despierta!

—¿Qué? —dijo él medio adormilado.

—¿No te tocaba vigilar a Max? —cuestionó.

—Sí, sí, sí, perdón —se rascó los ojos.

—¿Dónde está? —le interrogó.

Yo me incorporé.

—Está con Olive —me miró—, estaba ahí hace un segundo, te juro que solo he dormido... —echó un vistazo a su reloj—. Una hora.

Rodé los ojos, me levanté del sofá y fui al piso de arriba, Nancy y Dustin me siguieron, me paré frente a la mesa del salón al ver a Max sentada allí, Holly también se encontraba allí.

—Buenos días chicos —nos saludó la señora Wheeler—, ¿va todo bien?

—Sí, sí, todo bien —dijimos Nancy y yo al unísono.

Max pareció notar nuestra presencia, ya que se dio la vuelta, yo la saludé con la mano y me fui a sentar a su lado.

—¿Qué haces? —le pregunté una vez estuve sentada.

—Es, em... Un dibujo de —paró un momento—, de lo que ví. O al menos un intento, el arte nunca se me dio bien.

Yo me reí, Nancy llegó poco después y se sentó a mi lado, saludó a la pelirroja y ella le devolvió el saludo.

—¿Estás bien?

—No podía dormir, no han parado de ponerme música, a saber por qué —Nancy sonrió—. Holly me ha prestado sus ceras, nos lo pasamos bomba, ¿verdad?

La pregunta se quedó en el aire debido a que la pequeña de la familia no contestó.

—¿Esto es lo que viste ayer?

—Bueno, supuestamente, creí que sería más fácil dibujarlo que explicarlo, pero... No se yo.

—¿Son...? —Nancy agarró un dibujo.

En él se podían ver dos garabatos que parecian dos persoas humanas, que tenian las extremidades rotas, y donde deberian estar los ojos habian dos cuencas negras, los cuerpos estaban agarrados a una especie de arbol sin hojas de color rojo.

—Estaban como expuestos —comenzó a decir Max—, y había una niebla roja por todas partes, era como un sueño, una pesadilla —aclaró.

Si bien aún no me habían contado nada sobre lo que estaba pasando, yo tampoco pregunté, ese momento no era el adecuado. Me levanté de la silla para comer algo que la señora Wheeler había preparado, me quedé hablando con ella mientras seguía preparando el desayuno, éramos un montón de gente y estaba haciendo unas grandes cantidades de comida. Me pregunto como me estaban yendo las vacaciones, claramente, le conteste que bien, que me lo estaba pasando genial con mis amigos, no le iba a contar que Max había salido flotando, o que su hija se había colado en un hospital psiquiátrico. De pronto, Nancy se levantó y pasó por mi lado, Dustin hizo lo mismo, no sin antes coger un poco más de tortitas. Fui hasta Max, una vez allí, me di cuenta de que los dibujos sin sentido de la pelirroja se habían convertido en una casa.

—¿Qué ha pasado?

—Nancy ha descubierto que es la casa de Victor Creel.

—¿El del hospital psiquiátrico?

—Sí.

No entendí para nada que tenía que ver la casa con lo sucedido con Max y con Chrissy, me estaba perdiendo muchas cosas, y eso se acababa hoy.

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐢𝐧𝐠𝐬 [𝘖𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘪𝘯𝘨𝘵𝘰𝘯]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora