𝟒. El horrible plan de Jason.

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Pasó un día entero, los Tigers y yo nos quedamos en la hamburguesería para esperar el plan que Jason había preparado, él no dijo nada a nadie, cogió su coche y se marchó con algunos de los miembros, los restantes nos quedamos allí. Me desperté debido a que Lucas me estaba sacudiendo y abrí los ojos, habíamos dormido en la misma cama los dos juntos la noche anterior, bueno, durmió él, porque yo no pude pegar ojo, Sincalir se movía demasiado, era como si tuviera hormigas por todo su cuerpo, me llevé algunos codazos y algunas patadas, pero como ese era el único sitio libre —debido a que los sofás y otro tipo de sitios cómodos estaban ocupados— no me pude ir a ninguna parte. Por otro lado, me causaba pudor la muerte de Chrissy, y muchas preguntas se me vinieron a la mente aquella noche, ¿y si moría alguien más? ¿Y si el asesino era alguien a quien conocía? ¿Y si en verdad el club era una secta?, entre otras. Lucas se levantó de la "cama" que se había creado en la esquina de la habitación. Me hizo una seña para que le siguiera. Me peiné un poco el pelo con los dedos para desenredarlo y alisé la falda. Fui detrás de él, abrió la puerta y escuchamos las voces de Jason y los demás. Al acercarnos más, me di cuenta de que estaban hablando de Lucas, me supo mal en la forma en como le llamaban, eso no era lo que los amigos hacen.

—Mirad quién ha decidido unirse —dijo el chico de la gorra.

—¿Qué hacéis? —preguntó.

—Prepararnos —contestó Patrick.

—Para la caza.

—Tío, relajaros —Jason se acercó a nosotros—. No somos asesinos como Eddie, solo queremos hablar con él, que confiese el crimen.

—Sí, será una charla amistosa.

—Oye, no conocías a Chris —dijo el capitán del equipo refiriéndose a Sinclair—. Si quieres, puedes irte a casa, no te juzgaremos, serás uno de nosotros igual.

Se quedaron en silencio. Sinceramente, yo quería marcharme de allí, pero no debería dejar a Lucas solo, le miré por un segundo, y eché un paso hacia atrás, Jason dirigió su mirada hacia mí, una mirada que podía atravesar el alma de cualquiera a quien mirase, me petrifique en mi sitio.

—Olive... ¿Tú te quedarás verdad? —cuestionó de forma inocente—. Vosotras erais amigas, esa es su diadema —su voz hizo que me dieran escalofríos.

—Sí, claro —balbuceé—, es solo que, necesito ir al baño —mentí.

Jason me sonrió. Yo le cogí el brazo a Lucas, como apoyo.

—Yo también iré, quiero ayudar.

—De acuerdo —Carver le dio unas palmadas al brazo que Lucas tenía libre y se giró para cerrar el maletero—. A por el bicho raro.

Los cinco nos subimos a su coche, y nos encaminamos en busca de Eddie. Me senté en la parte de atrás con Lucas y Patrick, yo estaba en el medio. Estuvimos bastante rato metidos en el coche, yo casi me estaba por marear, el sitio en el que estaba no era muy bueno. Giré mi cabeza a la derecha, donde McKinney se encontraba, de pronto, vi como le caía sangre por la nariz.

—¿Estás bien? —le pregunté.

—¿Qué? —le señalé la nariz y él se la tocó, dándose cuenta de que tenía sangre—. ¡Oh! Sí, estoy bien, gracias.

—¿Quieres un pañuelo? Creo que llevo uno en...

—No necesito nada, gracias.

La conversación se terminó, estábamos pasando por una calle con algunas casas, parecía que nos encontrábamos cerca de nuestro primer destino. Por lo que entendí, primero fuimos a buscar a los miembros de Fuego Infernal. Jason aparcó, nos bajamos del coche, desde lejos ya se podía oír el sonido de la guitarra y la batería, la música provenía de un parking abierto, me di cuenta de que eran ellos los que tocaban. Lucas y yo íbamos los últimos, por lo que llegamos más tarde que el resto.

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐢𝐧𝐠𝐬 [𝘖𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘪𝘯𝘨𝘵𝘰𝘯]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora