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—¿Papi?

YoonGi y Namjoon voltearon simultáneamente a la puerta, viendo a un asustado Jungkook aferrándose a un pequeño dinosaurio de peluche.

—J-jungkook, ¿qué haces despierto a esta hora? —preguntó Namjoon, con la voz temblorosa a causa del nerviosismo —. Deberías estar durmiendo en tu habitación.

—Escuché a alguien gritar y me asusté. — respondió, abrazando más cerca a su peluche favorito—.  Papi, ¿por qué estás con el señor Kim aquí? ¿Dónde está papá Tae? 

El pequeño Jungkook había estado durmiendo en su habitación tranquilamente, pero despertó en medio de la noche a causa de una pesadilla. Cuando abrió los ojos y se encontró en medio de la oscuridad, el miedo lo hizo salir de la cama y se dirigió rápidamente a la habitación de su papá Tae, porque su papá YoonGi le tenía prohibido irrumpir en su recamara en medio de la noche. 

Abrazando a su peluche, caminó entre los pasillos hasta la habitación de su padre, encontrándola vacía. Pensó que tal vez podía ir a preguntar a su papi si podía dormir con él solo por esta noche, ya que ultimamente su papá YoonGi había estado de muy buen humor. Quería intentar pasar más tiempo con él, pues, si le había preguntado por las cosas que le gustaban, había horneado un pastel exclusivamente para él, lo ayudo con sus tareas, e incluso le había leído cuentos, ¿tenia que significar algo, cierto? ¡hasta le había dado permiso de llamarlo papi como siempre había querido!

Pensaba que su papi, al fin comenzaba a quererlo tanto como él lo tanto deseaba. Y con ese pensamiento, se dio la media vuelta para ir a la otra habitación, sin embargo, unos gritos en la planta baja lo paralizaron. Como todo niño curioso, a pesar del miedo, se dirigió hasta la habitación donde provenían aquellos gritos. Cuando reconoció la voz de su papi se alivio un poco, pero al darse cuenta de lo que decía, el miedo lo volvió a atacar. 

¿Por qué su papi hablaba así de su papá Tae? ¿Quién era ese tal Agust?

Esas eran las preguntas que se hacía Jungkook, pero cualquier pensamiento salió de su cabeza al levantar la vista y encontrarse con su padre.

—¿Papi? —preguntó tembloroso—. ¿Qué sucede? 

La mirada que YoonGi le dirigía a su pequeño hijo, estaba llena de ira. Parecía que estaba a punto de explotar, y Jungkook parecía el blanco perfecto para descargar su enojo y frustración. 

—Papi… 

—¿Quién te dio permiso para llamarme por ese nombre tan ridículo? 

—¿Qué?

—YoonGi. —Advirtió Namjoon.

YoonGi pataleo, haciendo un berrinche y dando un fuerte grito de frustración. Namjoon aprovechó eso, y se dirigió en dirección al pequeño, quien ya tenía varias lágrimas acumuladas en sus pequeños ojitos.

—Escucha Kook, ¿puedo llamarte así verdad?

Jungkook asintió y Namjoon continuó.

—Tu padre está un poco indispuesto en estos momentos. No tuvo un buen día, y aquello lo ha mantenido con un poco de mal humor. No lo tomes a mal, ¿de acuerdo?, ve a tu habitación y trata de dormir de nuevo. Mañana en la mañana te prometo que todo estará mucho mejor.

Pará sorpresa de Namjoon, Jungkook le hizo caso, y sin decir ni una sola palabra se volvió hacia su cuarto.
Namjoon suspiró aliviado y se giró en dirección a YoonGi. Se cruzó de brazos y dedicándole una mirada desaprobatoria, el lo enfrentó.

—Deberías ser más comprensivo con el. Es solo un niño, y es tu hijo.

—Maldito sea el momento en que no utilice preservativo. —Dijo en un tono lastimero —. En su momento, me pareció una buena idea haberme descuidado. Ahora me arrepiento.

—¿Y que piensas hacer con él cuando te separes de Taehyung?, no puedes simplemente abandonarlo.

—Ya te lo dije. Que se lo quede Taehyung, ¿Acaso no dice quererlo tanto?, entonces que lo demuestre.













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Agust gimió cuando Taehyung se retiro de él. Todavía podía sentir los espasmos sobre su cuerpo después del órgasmo. Ya no se sentía doloroso, lejos de eso, se sentía de ensueño. Los toques necesitados sobre su piel, así como los besos profundos y húmedos. La piel caliente de Taehyung sobre la suya. Y aunque Agust deseaba quedarse toda una vida en aquellos fuertes y cálidos brazos, sabía que no podía hacerlo, porque tenían que ir con Jungkook. Esas tres horas que habían estado lejos de casa, era más que tiempo suficiente como para que el pequeño despertara, y Agust no quería ser el causante de sus lágrimas o preocupaciones.

—¿En qué tanto piensas? —Preguntó Taehyung, acariciando su mejilla.

—Estaba pensando en Jungkook. —Respondió Agust, acariciando el pecho del contrario con su mano —. Es realmente muy tarde, deberíamos irnos.

Taehyung estuvo de acuerdo.

—¿Quieres darte un baño antes, o quieres esperar a la casa?

—Creo que si, pero antes necesito ir al baño.

—Te espero.

Agust se levantó de la cama, aunque con cierta dificultad y se dirigió al cuarto de baño. Después de hacer sus necesidades, se dio un baño rápido y se colocó unos boxers blancos. Cubrió su cuerpo con una toalla y salió. Taehyung entró al baño y entonces Agust suspiró, retirando la toalla para comenzar a vestirse. Se miró al espejo y algo llamó su atención; la pequeña mancha de sangre que se encontraba en la parte trasera del bóxer.

«¿Qué era eso? ¿Acaso Taehyung lo había lastimado?»

—Listo, ya podemos irnos. —Habló Taehyung al salir del baño —. ¿Sucede algo, amor?

Agust negó, para terminar de vestirse.

—No, no es nada. Vamos a casa.

El otro ||Taegi|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora