🅒🅐🅣🅞🅡🅒🅔

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Esos ojos escarlatas veían con desánimo su comida. No es que no le gustase, pero simplemente no tenía apetito. Soltó un fuerte suspiro mientras tomaba la taza para beber café. Vio por los ventanales, después de todo "su casa" en ese momento era aquel apartamento en el piso treinta sutilmente modificado para su convivencia, ya que se encontraba en posible peligro en todo momento, pero aun así, su vista a la ciudad era espectacular.

Habían pasado a lo mucho unos tres meses desde que se mudaron a ese lugar. Eran las seis de la mañana, pronto debería partir a su pesado trabajo.

Ser el último cazador no era tarea fácil, cargaba con un enorme peso sobre su espalda. Su vida estaba custodiada por la organización que se encarga de hacer prevalecer el orden entre los mundos y de eliminar cualquier indicio de que la magia existe.

Sin embargo, al estar ligado de manera directa con el mundo mágico Shadow fue impuesto como un mediador entre ambos mundos. Vivía entre los mortales, pero actuaba bajo sus reglas, y condiciones; eran pocas veces en las que podía elegir por sí mismo. Y aunque su padre adoptivo intento discernir entre las decisiones de la organización para que fuera un ser libre, no pudo hacer mayor cosa. Esto fue un golpe para su autoestima, hace tan solo unos años, deseaba con todas sus fuerzas esfumarse de la faz de la tierra, todo eso cambió cuando conoció a cierto erizo azul.

Con el cual decidió casarse, y los cambios en su vida fueron para mejor. Escuchaba el ligero sonido de la regadera encendida, su esposo estaba tomando una ducha debido a que también partiría a su trabajo. Podría llamar a Sonic como su ángel guardián y su guía en ese mundo oscuro y cruel en el que vivía.

Un ligero clic se escuchó provenir de la puerta, anunciando que su amado esposo acabó de asearse. Las rutinas mañaneras se volvieron en su nuevo hobby, despertar al lado de Sonic, acurrucado sobre su pecho y con sus brazos envueltos sobre su cuerpo eran sin duda la mejor de las experiencias adquiridas.

Sonic salió cambiado con ropa más cómoda y una camisa formal, ya que ese día fue invitado a dar una charla sobre las especies en peligro de extinción en la universidad donde asistió años atrás. Cuando sus ojos se encontraron, el azul no dudó en correr hasta su amado y a abrazarlo a lo que el cazador fielmente le sostuvo.

Sonic era el más cariñoso, paciente y demostrativo en cuanto a su relación, a diferencia de Shadow, era más reservado, pero no dudaba en ser lo más sincero posible con su esposo y demostrarle cuán importante y especial era para él.

—Buenos días mi cazador —le saluda Sonic mientras con sus dedos acaricia la frente de su esposo, con suavidad acomoda algunas púas y retira cualquier rastro de suciedad o basurilla atorada.

—Buenos días mi Sonic —le contesta dejándolo acicalarlo, después de todo era parte de la nueva faceta de Sonic desde que se volvió en parte animal.

El de ojos esmeralda se siente feliz cada que ve a Shadow, pero algo le hace borrar su sonrisa.

—¿No tienes hambre? —le pregunta al ver que no ha tocado nada de su desayuno—. Si gustas puedo hacerte otra cosa —le sugiere pensando que aquello no era lo que ve gustaba a su amado.

—No te preocupes, no tengo hambre —le responde su esposo.

Sonic le da un beso breve en los labios.

—No puedo permitir que descuides tu alimentación —le susurra— tu papá me pidió muy estrictamente velar por tu comida y no quiero verlo molesto por ello —le recuerda.

Shadow sonríe por un instante al escuchar aquello.

—No creo que Robotnik alguna vez en su vida se haya enojado —recalca— y menos contigo —con su mano acaricia la mejilla sonrosada de Sonic, su sonrisa se borra al volver a reflexionar en el tema que le está quitando el apetito—. Solo estoy un poco preocupado por las cosas que puedan ocurrir... espero que por el bien de todos los lobos decidan terminar con este juego.

Impure Moon (Scourganic & Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora