🅥🅔🅘🅝🅣🅘🅝🅤🅔🅥🅔

265 37 2
                                    

Las nubes se habían ido, el cielo volvía a tomar esos colores hermosos y el sol iluminaba la vida en todo el lugar. Varios días habían pasado desde su última aventura y por fin recobraron fuerzas para seguir adelante. Tres chicos se encontraban a las afueras de aquel escondite en el que se refugiaron después de los sucesos con los lycans.

—Al fin la luz se ha esclarecido —menciona el camaleón mientras varias luces de colores revolotean a sus costados, con su dedo toca una y se convierte en un pajarillo— y ustedes también están felices de sentirla —menciona cuando las demás se convierten en la misma ave.

Scourge lanza un bostezo mientras se estira, deja de lado una bolsa que carga y algunos tronidos de sus huesos se escuchan mientras una sonrisa aparece en su rostro.

—Es muy curioso que necesites de la luz solar para recargar tu poder, eres como una planta —dice como burla.

Espio entonces voltea a verlo y le sonríe.

—Debo volver, mi príncipe me espera con las noticias —dice mientras mete todas sus cosas en una bolsa—. No le agradará saber que Infinite se atrevió a atacar a los mortales.

Scourge se ve mucho mejor, logro descansar y se ve repuesto después de esos días de angustia.

—Te voy a extrañar mucho~ —comenta burlón.

—Seguramente —le contesta el otro sin darle importancia a sus burlas. Su rostro se torna serio cuando a lo lejos ve al otro erizo que se ve entumecido por todo el lugar en el que se encuentra—. ¿Podrás con esto lobito? —le pregunta el camaleón mientras se acerca para despedirse.

Scourge desvía la mirada hasta Manic y sonríe engreído.

—Claro que si, esto no es ningún reto para mí —menciona sin rastros de preocupación.

Espio sabe que ese lycan es muy descuidado, pero cuando se propone algo siempre lo logra, sin importar qué.

—No te olvides que ya no estás solo —le recuerda al ver que Manic se encuentra a unos cuantos metros viendo un estanque con flores de varios colores—. Scourge piensa en lo que te dije, solo puedes protegerlo de un modo —le recuerda— y más ahora que Infinite está cerca de tus pasos.

Scourge se pone tenso cuando escucha eso último, si existía un modo para proteger a Manic, pero llegar hasta ese extremo era sin duda una experiencia dolorosa y un tanto traumante para el otro.

—Lo haré, solo quiero que esté más tranquilo para explicarle —miente tratando de sonar convincente.

—Bien, necesito que tomes esto —le entrega una flor roja— mi príncipe me pidió que la entregara el último día que te viera, pronto saldrá de su sueño profundo y estará con nosotros —le comenta— él sabrá donde encontrarte.

Scourge reconoce esa pequeña ofrenda y la resguarda entre su chaqueta.

—Gracias y dile que lo he necesitado todo este tiempo —menciona por último.

El camaleón asiente mientras se acerca a Manic. El susodicho se encontraba observando aquellas flores que desprendían destellos y que jugaban entre ellas. Su mundo era un desastre en ese momento, desde cuando la ficción se volvió real. Solo en las historias fantásticas que su madre le contó pudo imaginar tales cosas.

—Manic —le llama sutilmente.

El nombrado sale de su trance y observa al mago.

—Señor Espio —le dice dejando de lado el estanque y poniéndose de pie.

—Me tengo que marchar. Debes hacerle caso a Scourge, solo él conoce este mundo y es muy probable que te cueste adaptarte —se despide mientras le toca la cabeza.

Impure Moon (Scourganic & Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora