🅥🅔🅘🅝🅣🅘🅤́🅝

265 44 30
                                    

Con cada minuto que pasaba se arrepentía de haber querido ver con un poco más de detalle al lobo. Es que Scourge parecía un cachorro que dormía tiernamente entre los brazos de su dueño. Podría decir que no aparentaba ser el payaso que usualmente era.

Hacía un buen rato que despertó, por alguna curiosa razón Scourge no le sostuvo entre sus brazos en la noche, es más hasta le brindo más espacio en la cama. Manic sintió una especie de abandono o vacío cuando en la noche se despertó debido a algunos crujidos. Scourge había vuelto en la madrugada de sus visitas nocturnas y aunque nunca le dijo exactamente qué hacía Manic sintió que de repente Scourge se volvió distante con él. Se recostó dándole la espalda y abrazándose a sí mismo.

Para Manic aquello fue algo sumamente extraño. Pensó que debido a los problemas de la pasada mañana el lobo se sintió defraudado y ofendido. Aunque Scourge parecía contenerse de abrazarlo pues, en ese momento yacía muy cerca de él. Durante unas horas más antes sintió frío y se percató que el lobo también se removía a causa de ello, no quería que Scourge enfermase por ello le compartió un poco de su cobija, pero queriendo ver el sueño del lobo, tan solo un poco más se acercó.

Y fue una mala jugada.

Manic desde hace mucho era un atractivo imán para escenas bochornosas y en ese momento no estaba seguro de que tenía en la mente. Solamente unos centímetros separaban su boca de los labios de Scourge. Aunque para cualquier otra chica hubiese aprovechado ese momento, Manic nada más se limitó a avergonzarse y que sus mejillas se tiñeran de rojo. Podría alejarse, pero recuerdan que el lobo se contenía; únicamente le bastó sentir el roce con los brazos de Manic para voltearse y abrazarlo para juntarlo a él y compartir su calor.

Manic no podía hacer mucho realmente, pero no se quejaba pese a ello. Podría decirse que su situación era meramente una complejidad. Estar tan cerca de lo que le gustaba era algo que en cierto grado, le agradaba demasiado. Sus ojos no podían apartarse del rostro de Scourge.

No era tonto solo que era muy tímido para decirle a alguien que Scourge le parecía demasiado guapo y de ensueño. El lobo era increíblemente guapo y tierno; quién podría asegurar que ese chico no podría ser de ese modo. Su actitud era un espectáculo que Manic muchas veces no comprendía, tan directo, tosco y muy demostrativo. Mientras más pasaban los minutos el deseo y curiosidad de besar a Scourge crecía.

¿Cómo sabrían los besos del lobo?

¿Cómo reaccionaria ante ello?

¿Podría decirle lo que siente?

La mente de Manic era un completo desastre. Justo en ese momento tenía que ponerse a pensar en ello. Pero y si Sonic tenía razón y todo se volvía a su favor.

... Tan solo por una vez en su vida, las cosas caminaban como él quería...

Lentamente, comenzó a acercarse a los labios del lobo, estaba seguro de que podría hacerlo y era en ese momento o nunca más podría animarse de nuevo. Se detenía pensando en negarse y salir corriendo, pero es que era tan grande el deseo de saber la reacción de Scourge.

Lo hubiera logrado si tan solo sus flequillos no le hubieran hecho cosquillas al lobo. Por inercia Scourge se alejó mientras su nariz picaba, soltó a Manic y se sentó medio dormido en la cama. Se restregó los ojos mientras bostezaba, su mirada se dirigió al erizo quien le veía sonrojado y lleno de pena.

—¿Manic? —le llamo sin entender lo que le ocurría—. ¿Te sientes bien? ¿Ocurre algo? —le cuestiona sin saber las intenciones del otro.

Manic se maldecía por dentro, qué estaba pensando para creer que Scourge estaría saltando de alegría por él. Quería llorar de la estupidez que iba a cometer, menos mal sus flecos le detuvieron. Tuvo que aguantarse las ganas de llorar frente a Scourge.

Impure Moon (Scourganic & Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora