Capitulo 11

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Vámonos


Michell

Tiempo después...

He perdido la noción del tiempo, las noches son cortas y los días largos llenos de actividades que me distraen un poco de la ausencia de mi vida anterior, mis mañanas con Dominic son en silencio y preguntas superficiales, por las noches me reclama como suya y despierta esa pasión y lujuria en mi con tan solo su presencia. Cuando la luna es la única que presencia nuestros actos libidinosos siento el mundo pausado, donde solo estamos él y yo consumiéndonos en esta situación oscura, enfermiza y toxica.

No puedo decir que todo este tiempo he estado tranquila, al contrario, cuando Dominic sale de la isla solo me mantengo recordando, llorando y extrañando mi vida antes de él, tampoco puedo decir que no me gusta estar con Dominic, cuando sale de la isla no solo extraño mi vida, sino que a él también, extraño su aroma, su presencia, su mirada llena de libido que me eriza la piel y penetra mi alma.

Estoy completamente segura que mi cuerpo disfruta de los castigos de Dominic, normalmente cuando desobedezco no me folla y mucho menos me hace el amor, no el posee como todo un Dominante. Su manera de poseerme vuelve el dolor placentero en un punto blanco donde nadie existe solamente él y yo su sumisa o esclava sexual, decir que no me gustado seria mentira, pero quiero mi vida de vuelta con mis amigos y trabajo, pero sé que está muy lejos de eso.

Aun recuerdo la primera vez que me poseo como su sumisa, yo me enfrente a el porque mi cabeza quería explotar al saber que no había nada mas en la isla que el océano y la arena. No tardo ni diez minutos de discusión para tomarme en su hombro directo a la habitación, donde me arrojo a la cama, me ordeno cerrar los ojos y estirar mis manos hacia enfrente lo cual hice con mucho temor. Cubrió mis ojos con una tela de seda para impedir que yo viese lo que me haría, me puso de pie y con tan solo su tacto mi piel se erizaba. Cuando me hablo en el oído y mordió de este mis bragas automáticamente se mojaron, no sabia que en mi interior deseaba por voluntad que me tomase. En segundos desprendiéndome de mi vestido y sostén, dejándome solo con las bragas negras pequeñas que llevaba esa noche, la oscuridad donde estaba sometida me excitaba más ya que solo deseaba que hiciera cualquier cosa conmigo. Me sostuvo de las manos que tenía inmóvil para amárralas a la cama donde yo estaba en el suelo y mi pecho sosteniéndose de la orilla de la cama.

Como mis ojos estaban cubiertos mis otros sentidos estaban de punta, podía escuchar como caminaba seguro por la habitación y como tomaba cosas para someterme.

—Aprenderemos a jugar gatita...—su voz ronca y excitada esa noche me doblego en segundos poniendo mi respiración agitada y sobre todo demostrando lo excitaba que estaba. La maldita manera de llamarme me produce una sensación indescriptible en mi vientre bajo. Después de aquella declaración mi culo quedo en popa, donde tenia acceso a todas mis partes, respire profundo cuando sentí una textura d cuero, mi mente viajo a todos los ejemplos de dominantes y mi cuerpo reacciono, al principio suplique antes de que comenzase pues estaba asustada y excitada, pero él no se inmuto ante mis suplicas.

Cuando mi cuerpo escuche el primer zumbido y sentí el primer azote mi cuerpo se paralizo con dolor, no paro de hacerlo, aunque yo derramase algunas lágrimas. Al seguir escuchando los azotes y recibiéndolos mi mente puedo en blanco donde solo me concentraba en él y en lo excitada que me estaba poniendo al escuchar sus gruñidos roncos y su respiración agitada.

No me percate de cuánto tiempo estuvo haciéndome esa tortura excitante hasta que escuche caer el látigo en el suelo. Sentir pasar su lengua en el área sensible donde me había golpeado fue la gloria. Por la sensibilidad que me encontraba su lengua, besos y caricias despertaban mas mis sentidos para disfrutar de su manera de hacerme suya. Después de esa tortura solo se encargo de satisfacerme a lo máximo, sus manos tomaron mi cadera para enderezar mi espalda y así darle la vista perfecta de mi coño mojado por sus manos, esa noche no se detuvo ni un segundo para darme descanso. Paso toda la velada follando de una manera tan fuerte que la cama no paraba de sacudirse mientras se enterraba en mí y poseía como le apetecía y como mis gemidos le rogaban, tanto que a la mañana siguiente no podía poner un pie de la cama, me encontraba exhausta y muy satisfecha ya que todo mi ser le encanto la manera en que me castigo...

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora