CAPITULO 66

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Un día antes de la reunión

Dominic

Sus gritos de placer me obligan a hacerlo mas fuerte. Sus piernas chocan con fuerza en mi pecho y su culo grande choca y salpica su humedad con mi pelvis poniendo mi autocontrol a prueba. Mis gruñidos son fuertes y sus gemidos jodidamente deliciosos.

—¡Dominic! —gime alto cuando mi mano gruesa impacta contra su culo haciendo que su nalga derecha rebote aun mas y mi animal interno y primitivo se sienta en un trono gigante, con el ego alto al saber que soy el unico que logro hacer que grite mi nombre con placer. Lo cual hace que un pequeño frio baje por mi espalda haciendome entender que la tengo, toda... toda mía y a mi merced en mi maldita palma.

—Michell —jadeo fuerte y claro haciendo que ambos lleguemos al orgasmo y gritemos de placer mientras me vacio dentro de ella.

Al sacar mi verga veo como mi semen resbala desde dentro de su coño. Mi morbosidad esta en verla escurir de mi y de ella.

En segundos mi polla se vuelve a poner dura y caliente por clavarme mas en ella. Esta rosa, sensible y jodidamente mojada para mi y por mi.

Su pecho sube y baja rapido de los restos de nuestro orgasmo y no hay nada que me ponga mas jodidamente hambriento; es saber que solo me desea a mi.

La volteo en segundo poniendola boca abajo y poniendo su culo en popa con una gran vista. Jamas me cansare de este culo jodidamente perfeco y adictivo, como una mismisima droga.

Justo en el momento que lineo mi polla dura ya en este momento y con dirreccion de nuevo hacia su coño que ya se encuentra humedo aun de mi y ella, dos golpes fuertes retumban en una de mis puertas doble de mi habitacion en mi comando.

Porque el sabor de paz siempre dura poco. Niego y entro de nuevo en ella con fuerza haciendola gritar de dolor y placer. Tiemblo al sentir de nuevo su humedad, su estrechez y mi ansiedad por más de ella. Necesito esto, siempre necesito follarla hasta dejarla marcada por mi mano. ¿Por qué?

Sencillo «Es jodidamente Mía»

—¡Dominic! —grita cuando impacto fuerte en su coño rebotando con fuerza en ese culo que me vuelve loco.

Tomo con fuerza su cintura y mis manos enormes casi la cubren de lo pequeña que es, mis dedos marcas su piel blanca y delicada. Gruño cuando mi pelvis impacta rapido y sus nalgas haciendo el vai ven, que vuelve la escena más erotica y sucia.

—¿Quien es mi gatita sumisa? —gruño en su oido cuando bajo a su rostro pegado a mi cama.

Su oreja se eriza por mi aliento en ella esperando una respuesta.

Suelto su cintura poniendo una en su cuello y dando dos manotazos fueres en su nalga derecha esperando una respuesta.

Mi aliento en su oreja la pone a gemir más fuerte y acelero contra su coño haciendola gritar con fuerza.

—¿Quién es mi jodida y puta gatita sumisa? —repito y esta grita cuando ambas manos van a su cuello acelerando aun más el ritmo poniendo mi sangre a hervir como lava y desear explotar por quinta vez dentro de ella.

—Yo —gime.

—Repitelo —gruño y arqueo su espalda levantandola mas del cuello.

—¡Yo, amo! —grita y jalo su cabello con fuerza, para deshacelerar el ritmo y empotrarla duro y firme con segundos dentro de ella y luego volviendo con la misma accion.

—Asi es gatita —susurro y sigo dando embestidas lentas, desesperantes, deliciosas, adictas, fuertes y firmes. —Eres...

Embesto y gime. Escucho mas golpes en mi puerta pero no me interesa nada que no sea romperle el coño a mi mujer en este momento.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora