Capitulo 31

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Descanso...

Pov Dominic

Mi pecho se siente mas que pesado y ansioso al solo pensar por un momento que puedo perderla, estoy a unos cuantos pasos de la sala de doctores y cuando me encuentro enfrente decido abrirla con una patada enorme que hace que se parta en pedazos inmediatamente debido a la furia de pensar las cosas y mas con el miedo en mi pecho.

Se encuentra tres médicos hombres en la sala estudiando algunas muestras de sangre y una doctora supervisando pero al ver que acabo de partir la puerta voltean a verme asustados y decido hablar ante la angustia que siento.

—¡Muévanse!—es lo único que le logro gritar ya que me siento asfixiado con un dolor punzante en todo mi cuerpo y la cabeza a punto de romperse mientras ella voltea a ver sus aprendices.

—¿General que pasa?—ahora se dirige a mi y yo estoy a punto de explotar.

—¡Michell no despierta!—le grito con dolor en mi interior y se gira a los otros médicos.

—Un oxímetro, un desfibrilador, un monitor de signos vitales y tres dosis de epinefrina ¡YA!—les grita mientras toma un catéter con suero para Michell y corre hacia mi. La dirijo llevándola rápido a la habitación donde mi nena, los otros tres médicos nos siguen un poco mas atrás con los objetos que pidió la doctora.

Entramos apresurados a la habitación y recuerdo que tengo desnuda a Michell así que cojo rápidamente una bata y se la pongo mientras la doctora voltea su rostro para que yo la cambie. La acuesto mientras le toma pulso y puedo ver que su rostro esta algo confundido, los otros tres médicos entran con los otros utensilios. La doctora le pone una inyección de epinefrina y le coloca el oxímetro en el dedo y este muestra pulso bajo así que le coloca el catéter en el brazo izquierdo con el suero en una barra de metal para que descienda despacio el liquido.

Sigo muy ansioso y con la furia en mi pecho al saber que esta mal y no puedo hacer algo para ayudarla, mientras yo estoy en el sillón enfrente de la cama observando lo que hacen para que se estabilice y despierte. Los doctores salen dejando a Michell con el suero y la maquina de signos vitales pitando despacio pero constante, sigo observando a Michell con una mirada vacía ya que así es mi vida sin ella, la doctora se acerca a mi para darme el diagnostico.

—General...—me dice y despego la vista de Michell para poner atención.

—La paciente se desmayo debido al cansancio y a la Deshidratación que sufrió al hacer el ejercicio de ayer...—prosigue ante mi silencio.

—Ella va despertar pronto pero le deje el suero para que le ayude con la Deshidratación, necesita descanso así que deberá estar en reposo por lo menos todo el día de hoy—asiento y se retira de la habitación sin decir nada. Me entra una llamada al móvil y contesto con furia al saber quien es...

—¿Qué quieres?—pregunto con la rabia en la garganta.

¿Dónde estas? —me pregunta y por como suena su voz se que esta molesto, pero no me dejo intimidar de el ni de nadie.

—Yo pregunte primero—se enfada aun mas.

Deberías estar en la central—me recuerda pero con Michell así ni el diablo me mueve.

—Mañana iré, estoy ocupado—le digo molesto.

¡Tenias que ir hoy!—me grita—¡Pero no puedo!—le grito aun mas fuerte.

Maldita sea nunca obedeces mis ordenes—me carcajeo sarcásticamente.

—Deberías estar acostumbrado Señor Ministro—me vuelvo a reír y el resopla con enojo.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora