Capítulo 54

3.3K 161 11
                                    

Celos 

Michell

Realmente creí que estar de vuelta en el lugar donde me forje como mujer, adulto, soldado y una ejemplar me devolvería a mi antigua vida que no sabía que extrañaba hasta ahora que piso de nuevo mi hermosa, fría y libertina Londres. Al ver a Liam en la reunión simplemente todo me fue en popa, tal vez me falte aún mas de mi antigua memoria, pero se perfectamente quien es y sobre todo lo que provoca con su presencia. Respire aliviada cuando salió con su padre y Dominic desapareció como arte de magia siendo perseguido por un Julián algo preocupado...

—Joe y yo iremos a desparecer rastros del comando en casa. —dice mi padre mientras solo nosotros quedamos en la sal de juntas.

—Bien, tengan cuidado papá. —respondo y mi hermana lo abraza mientras yo con mi tío, para luego cambiar de hombres Parker. Ambos sonríen cuando nos alejamos un poco de ellos.

—Ustedes también princesas. —asiente mi tío y nosotras también. Los cuatro abandonamos la sala de juntas y mi padre comienza a detallar que no puedo salir sin escoltas o cuidados más fueres que solo un soldado recién integrado de nuevo.

—Asistiré con una doctora para continuar con mi tratamiento para la recuperación completa de memoria. Tal vez recordando pueda tener alguna pista sobre...

—Hey, dulzura tranquila. —me interrumpe mi padre mientras salimos al campo de la parte de enfrente— Si no sucede, no hay problema. No es tu obligación recordar todos los traumas, sino pasa no será el fin del mundo.

Asiento y dejo un beso en su mejilla.

—Gracias buen viaje, los amo. —les deseo a ambos—Cuidare de mi tía y le avisare a Julieth.

—Ten hija, solo esto pude recuperar —mi amargado me entrega el móvil que me había comprado antes del viaje y le sonrió con otro abrazo. —Cuídense son mi todo.

Los despedimos con la mano y ambos asienten.

—¡Extráñenme! —grita mi hermana mientras se dirigen al helipuerto del ministro algo pensativos y se también preocupados. Suspiramos algo emotivas ambas mientras los vemos alejarse. Esos hombres han dado su vida por nosotras y dudo que es cambie con el tiempo.

—¿Crees que me escucharon o debo gritarles de nuevo que me extrañen?

—Allison, si te escucharon. El que no te escucharon fue el ministro que está en el último piso del comando.

Sonrió y ella igual. Veo algunos hematomas en su rostro y la ira vuelve. Odio a los malditos rusos que siempre están detrás de mí y arrastran con mi familia. Observo sus golpes y toco con cuidado su ojito golpeado y reviso la pequeña venda que tiene este.

—Ahhh, no comiences. —exclama soltándose de mi agarre.

—¿El que?

—Ha creer que todo es culpa tuya. —exige y bajo la cabeza. —Las cosas suceden por una razón. No sé porque paso esto, pero debemos aceptarlo y solucionarlo juntos.

Subo la cabeza y le entrego una pequeña sonrisa que le ayuda a confirmar que lo haré, aunque muera en ello. Le indico que caminemos a las habitaciones para descansar y reposar de los golpes y la adrenalina explotada en nuestros cuerpos en unas cuantas horas.

—Michell, ya regreso. —me dice de la nada y no entiendo su acción.

—¿Por qué? —pregunto y se detiene para ver detrás de mí.

—Creo que encontré un perro, —¿Daño cerebral? — ¡Lo iré a ver si es una jodida ilusión o de verdad está aquí!

Me grita lo último y desaparece por un pasillo. Sigo con los ojos su camino y no veo ningún perro. Camino de nuevo cuando varios soldados pasan por mi lado murmurando cosas.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora