Capitulo 35

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Historia conocida...

Pov Michell

Horas antes...

Todavía no entiendo por qué extraño demasiado a Dominic, él me tiene secuestrada debería estar feliz de que no este, pero en lugar de hacer eso siento un pinchazo en el pecho debido a su ausencia. Salió por cosas de trabajo, estuve en mi habitación por un largo rato esperando a que se hiciera tarde, pero me fue difícil. Antes de salir me desnude para irme a la ducha cuando Alice toco a mi puerta, para avisarme que Dominic me había llamado. Una cosa llego a la otra mientras hablamos y de la nada estaba en la ducha tocándome en una video llamada hot, para complacer al hombre que me tiene encerrada pero deseosa de él. Luego de esa escena tan caliente, salí a correr un poco y los soldados que me acompañaban cuidándome no quisieron dejarme salir, pero los convencí que me quedaría cerca a la vista de ellos y accedieron. Después de correr varios minutos no pude despegar el recuerdo cuando estaba con Dominic tocándome para deleite de él y mío.

—Chaparra... —reconozco la voz de Luis, cuando me hace una señal para que me acerque.

—Luis, ¿Qué tal?—lo abrazo y el me responde inmediatamente llevándome a su pecho.

—Chaparra, pensé que nunca volverías a salir—me suelto despacio mientras los solados se ponen atrás mío dando a entender que me vigilan.

—Ya veo que no del todo—me dice mientras sonrió triste al saber que sigo estando secuestrada, pero sobre todo sigo dominada por mis deseos impuros. Veo que lleva puesto un traje para andar a caballo y me recuerda a como lo hacía en casa antes.

—¿Quieres cabalgar un rato?—me pregunta con esa mirada dulce y es imposible negarse ya que desde que lo conocí sentí una conexión llena de confianza y podría decir que lo veo como mi hermano mayor.

—Claro—le digo muy contenta ya que cuando tenía ocho años mi padre me enseñó a cabalgar, siempre me encantaba hacerlo de vez en cuando. Nos dirigimos hasta el establo gigantesco que tiene este castillo y Luis toma su caballo mientras yo pienso en cual escoger. Sigo observando y ninguno hace conexión hasta que... veo una yegua blanca gigante con pelo largo en la cabeza al igual que las patas y ella rechina cuando me mira y decido escogerla. Coloco todos los utensilios para poder cabalgar y cuando ya le pongo el cinturón Luis me entrega unas botas para hacer mejor el agarre. Me subo y la yegua hace su trabajo cuando tomó las riendas y le indico que avance hasta el centro del establo, los soldados se quedan en la choza donde están los otros caballos, pero claro sin quitarme la vista de encima.

Siento como el viento golpea mi cara y mueve mi cabello con fuerza debido a la velocidad que me lleva la yegua. Después de varios minutos Luis me alcanza mientras llevamos un paso rápido cuando me hace una señal para que nos paremos al final del establo.

—Chaparra te puedo contar una historia—me dice mientras damos pequeñas vueltas con los caballos.

—Claro—le ofrezco una sonrisa que la recibe y me indica que bajemos a sentarnos en unos cuantos fardos de heno que están por el lugar, claro antes de amarrar a los caballos a una viga de madera.

—Michell...— me concentro en él y continua—Hace muchos años cuando comencé en el ejército, conocí a alguien que cambio mi vida - me confiesa viéndome a los ojos y asiento para que continúe con toda confianza.

—Te confieso chaparra, que yo era un soldado drogadicto, no era precisamente un soldado ejemplar...—me asombro de inmediato ya que nunca me hubiese imaginado que Luis hubiese sido así y mucho menos que me confesara algo tan delicado.

—Mis padres cuando descubrieron que era adicto a la heroína no hicieron nada, solamente me echaron de nuestra casa dejándome a la deriva cuando apenas tenía dieciocho años y con un problema de drogadicción—sus ojos se cristalizan, y mis ojos no puede evitar que se me asomen las lágrimas al imaginarme a Luis solo con tan solos dieciocho años y una adicción.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora