Capítulo 62

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Dominic

Un segundo más y todo se hubiera vuelto una bola de mierda sorprendentemente enorme. La furia no baja de mí, el ácido en mi garganta se vuelve más espeso y el sonido no lo capta mis oídos ya que solo cierro los ojos y siento el cabello que toca mi pecho, los brazos de la mujer que se aferra a mi como si su vida dependiera de ello, y detesto con la mierda en el momento que rueda encima mío y cae a mi lado, dejándome sin su tacto.

Abro los ojos en segundos cuando un silencio inunda todo el lobby, asi como en mi maldita cabeza en el momento que giro mi rostro y la veo a ella observando el techo con fuerza y respirando pesado.

Estuvo a punto de morir dos veces y la muy loca solo dice perdón.

—¿Cuantas veces más? —gruño y esta cierra los ojos.

—Ya me disculpé. —simplifica y se pone de pie y la imito.

—¡Quieres una jodida estrella en la frente! —espeto molesto.

—¡Ya Dominic, ya me disculpé! —se altera. —¿Qué es lo que te jode tanto? no pasó nada. Los soldados están bien.

Casi quiebro mi mandíbula con su pregunta estúpida.

—Dominic, la comandante esta aquí, sana y salva. Ya para —se entromete el ministro y niego —, tenemos mucho que resolver.

Afirma y sigo con mi vista clavada en sus ojos. Me jode que su amarillo me arrastre a una luz oscura, que me niego a no caer.

—¿Estas bien? —se acerca el idiota de Johnson y gruño cuando toca su rostro para acariciarlo y pegar su frente con ella.

—Si. —dice como si nada —. ¿Pero creo que otros le jode que haga mi trabajo?

Asevera y hago puños mis manos que arden de enojo.

—¡Casi mueres! —maldita sea —. ¿¡Es que en ningún momento piensas en mí!?

Grito con fuerza y todo se un silencio profundo que lo siento en la espalda.

Porque mierda es tan difícil aceptar que, si la joden, me joden a mí.

Respiro pesado y me largo caminando lejos de toda la mierda que se viene en mi cabeza cuando se empeña en cabrearme. El jodido y maldito sentimiento que sentí cuando no la vi conmigo casi me hace ahogarme con mi propia saliva. Verla en manos de los malditos de los Zakone me hace perderme. Odio con toda mi alma negra en el momento que caí en sus garras y ahora por más que quiera mi cerebro, mi cuerpo no quiere escapar.

Todo lo contrario, a lo que pide mi cerebro de correr, no lo hago. En cambio, me arde con horror que me la ponga dura sus garras en mí.

—Dominic —me llaman a mis espaldas y niego. La rabia me ciega hasta que veo mi nuevo juguete cojeando de un pie.

—Elizabeth —llamo con fuerza y esta levanta su cabeza de donde estaba ayudando a otro soldado con su brazo —, camina.

Ordeno y está obedece sumisa dejando al lado a quien mierdas quería ayudar.

Sonrío victorioso cuando sube con dolor la escalera moviendo más su culo y sus edras rubias hasta llegar a la cima.

—No es momento de follar, Dominic —giro los ojos y volteo hacia atrás donde está el ministro con su mujer detrás. A veces creo que nacieron pegados estos dos —. El comando sufrió un ataque, casi nos hace mierda el humo ese, muchos soldados están heridos y crees que el momento de descargar tu rabia con follar.

Crujo mis dientes.

—Dom, solo tiene esa palabra en la cabeza —escucho lejano la horrible voz de mi jodido hermano —. Solo piensa en donde meter su miseria, y le arde que la Parker esa no quiera.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora