Capítulo 3

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— Oh Dios mío, estoy tan cerca.

— Solo un poco más...

Si alguien tuviera que adivinar qué estaba haciendo Yongsun debido a sus palabras, la última opción sería estar jugando Mario Kart. Sin embargo, aquello realmente estaba sucediendo. Había estado compitiendo en un par de carreras durante las últimas dos horas y no se sentía satisfecha de solo haber ganado en tres oportunidades; sus habilidades en torno al juego eran casi patéticas, y eso hería su orgullo.

La castaña frunció el ceño mientras se preparaba para una nueva carrera, esta vez en la movilidad "normal", porque sí, en sus anteriores derrotas fueron jugando en modos "fácil".

Debe haber un truco para esto...

Mientras continuaba intentando posicionarse en el primer lugar, Yongsun escuchó que la puerta de su habitación se abría; echó un vistazo rápido en esa dirección para sonreírle a su invitada antes de prestar toda su atención al videojuego.

— Hola, Byul, ¿Todo bien? — preguntó de manera distraída mientras arrojaba trampas a sus contrincantes.

Byul puso los ojos en blanco al ver a su mejor amiga acostada en la cama con el Nintendo switch sobre la cara, a solo unos centímetros de distancia. Le había dicho a la mujer mayor muchas veces antes que solo empeoraría su vista al jugar tan cerca, pero Yongsun nunca fue del tipo que escucha algún consejo.

— Unnie, jugar con la consola tan cerca de tu cara empeorará tu vista — regañó la rubia, sus manos inconscientemente se movieron hacia arriba para colocarlas en sus caderas.

— Lo siento — murmuró Yong apenada, alejando la consola a una distancia prudente. — ¿A que debo tu visita, Byul? — a pesar de que a Yongsun no le molestaba tener a la más joven en su apartamento, ella se aventuró a preguntar.

— Estaba aburrida en casa, así que pensé en hacerte compañía — mintió, su mirada desviándose al rostro de la castaña, quien seguía concentrada en su juego.

La verdadera razón por la cual Byul había venido al apartamento de su mejor amiga fue con la esperanza de poder repetir lo de la semana pasada, ya que últimamente se sentía cada vez más tensa.

Como era de esperarse, desde ese día no habían hablado de aquello. Lo que pasó pasó y eso fue todo. Sin embargo, eso no significó que las dos volvieran a ser como antes porque desde esa acalorada semana ocurrieron muchos toques sutiles y palabras burlonas. Byul a veces colocaba su mano cerca de la entrepierna de la mujer castaña cuando veían una película o Yongsun se paraba detrás de Byul un poco más cerca de lo necesario, dejando que sus caderas se presionaran en un vaivén lascivo. Si bien Byul disfrutaba de esos para nada inocentes jugueteos, su cuerpo le exigía más.

— Unnie, hay que divertirnos — Byul sintió que se impacientaba cuando Yongsun ni siquiera levantó la vista ante su tono ronco.

— Estoy jugando, Byul. Solo me falta dar una vuelta más y finalmente ganaré — la situación casi hizo que la menor se riera.

¿Realmente la estaba rechazando por una carrera en Mario Kart?

Con una sonrisa irónica en sus labios se quitó los pantalones, pero se dejó la ropa interior y lentamente se subió al colchón, sentándose a horcajadas sobre las caderas de su amiga antes de flotar cómodamente sobre la entrepierna de dicha mujer. Byul no lo pensó demasiado y movió de forma lenta sus caderas para aplicar fricción, haciendo que la castaña se retorciera y dejara escapar un débil gemido.

— Byul... estoy tratando de jugar... — se quejó Yongsun y le dio una mirada exasperada como si le rogara que tuviera paciencia.

Byul se rio entre dientes secamente, pero no disminuyó la velocidad de sus movimientos.

Cereal con Pasitas [Moonsun][G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora