Capítulo 22

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—No me pagan lo suficiente para ser portera — Dahee dijo en medio de un bostezo, claramente exagerado mientras abría la puerta del apartamento —. Espera, ni siquiera me pagan.

Byul rodó los ojos antes de darle un sutil golpe en la frente de la mujer más alta. Yongsun se esforzó para reprimir su risa, temiendo despertar a Wheein, quien dormía pacíficamente en su pecho. Era de noche, y lo último que necesita es tener que pasar más de treinta minutos tratando de calmar el llanto incesante de su hija.

—¡Ay! — se quejó Dahee, llevándose una mano a la frente con fingido dolor —. ¿Ese es el trato que recibo después de todo lo que hemos vivido juntas? Hasta te ofrecí cobijo en mi humilde hogar. Que malagradecida eres, Moon Byul.

—Dahee, este apartamento nos pertenece a ambas. Además, soy yo quien paga más si de cuentas hablamos.

Dahee se cruzó de brazos.

—Touché. Cambiando de tema, ¿cómo estuvo la reunión con los abuelos Kim?

—Qué Yongsun te lo cuente. Debo llevarme a Wheein y ponerle su ropa de dormir — dijo Byul, acercándose a Yongsun y tomando con sumo cuidado a la pequeña durmiente.

—Buenas noches, Wheeinie — susurró, Yongsun mientras besaba tiernamente su cabecita —. Descansa, Byul.

Dahee ve el exacto momento en el que los ojos de Byul brillan y sus mejillas se tiñen rojizas. No dice nada al respecto, a pesar que de manera automática aparecen posibles bromas que de seguro molestarían a la mujer más joven. Claro, todo en son de burla... tal vez.

Echando un vistazo a la puerta que se cierra detrás de Byul cuando esta entra a su habitación, Dahee se deja caer en el sofá con un sonoro suspiro, muestra una sonrisa y mirando a la tranquila mujer frente a ella, da un par de palmadas a su costado. Yongsun duda por un segundo, pero entiende el mensaje y se sienta a su lado.

A veces le cuesta estar cerca de Dahee, no porque le tenga desconfianza o algo parecido, se debe a lo espontánea y directa que puede llegar a ser. Jamás olvidará la vez en que la mujer pelinegra le reclamó por horas al no haber conseguido que Wheein tome su obligatoria siesta de la tarde.

«Que bonito, que bonito. Kim Yongsun puede desaparecer de la faz de la tierra, pero no puede lograr arrullar que su única hija».

«Será mejor que Byul no se entere, porque de ser así, créeme que te arrojará una caja de cereal en la cabeza».

«Más te vale no darle un hermanito a Wheein, porque te juro que yo misma te hago la vasectomía».

Sí, en definitiva, la sola presencia de Dahee le daba escalofríos.

—Bueno, ya que estamos solas. Necesito detalles, detalles de cómo reaccionaron tus padres.

Yongsun se aclaró la garganta antes de responder.

—Amaron a Wheein desde que la vieron, no la soltaron ni por segundo; estuvieron llenándola de abrazos y besos. Mis padres aman a los niños y aunque no lo mencionaran, sé que deseaban un nieto. Y ahora que tienen una, dudo mucho que no se la pasen visitándome seguido.

—Tus padres también cayeron ante la magia encantadora de Wheein. No me sorprende, la mayoría lo hace — Dahee ríe —. Quiero decir, ¿has visto ese lindo hoyuelo es su mejilla? Es para morirse.

Yongsun sonríe. Al pasar los minutos, siente que entre cada comentario dicho por Dahee el ambiente se vuelve más cómodo. Pero entonces, escucha que su teléfono empieza a recibir notificaciones, así que sin interrumpir la narración de Dahee sobre su día, decide revisar los mensajes de forma rápida. Hace una mueca cuando se da cuenta de que es Eric; sin mucho ánimo lee los tres mensajes dejados, los cuales se centran en el mismo tema: Cuando piensa regresar a casa.

Cereal con Pasitas [Moonsun][G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora