Capítulo 23

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Byul ya estaba sintiendo los estragos de cansancio cuando se detuvo frente a la puerta de su apartamento. Se fijó la hora en la pantalla de su teléfono y se replanteó por primera vez en toda la tarde, si es que debió rechazar quedarse horas extras, ya que de haber sido así, ahora ya estaría descansando cómoda en la sala de estar mientras ve un nuevo capítulo del drama que Dahee le recomendó. Lastimosamente, no es posible regresar en el tiempo. Son casi las 8:00 p.m. y ella recién llega a su hogar, cinco horas más tarde de su hora acostumbrada. Sí, sabe que para algunos sus jornadas de trabajo son aún más extensas y que quizás no debería estar quejándose, pero ella lo hace, se queja.

Se queja del dolor de sus brazos.

Se queja del olor a pan y pastel que se desprende de ella.

Y se queja mucho más de ser ella misma, quien se buscó esto.

Estaba por irse cuando la propuesta de su jefe de cubrir horas extras y recibir a cambio una compensación, además de tomarse el día siguiente libre, llegó a sus oídos. La paga era buena, sí, pero el día libre no tenía precio, así que aceptó sin pensarlo dos veces. Por supuesto, su jefe se mostró agradecido por su entusiasmo.

No necesitaba el dinero con urgencia, es más, su cuenta bancaria estaba lejos de estar en números rojos, pero el adorable y sobre todo costoso kit de vegetales y frutas de juguete que vio hace una semana en el centro comercial ameritaba el sacrificio. Su pequeña Wheein estaría feliz y con eso le bastaba. Aunque claro, tendría que esperar un par de meses para que su hija pueda jugar adecuadamente y no acabar llenando todo de babas. Pero de que tenía el juguete, tenía el bendito juguete.

Con sus manos adoloridas y aún con restos de harina y tal vez levadura, buscó el juego de llaves entre todo el revoltijo de su bolso. Sin embargo, no encontró rastro de ellas, así que pronto desistió y sin ánimo de seguir de pie en el pasillo, llamó a la puerta. Debe dejar de olvidar siempre las llaves en el auto.

Cinco segundos después, Byul no podría haber estado más contenta de que Dahee haya por fin abierto la puerta. O al menos eso pensó antes de ver a Yongsun frente a ella, sosteniendo la puerta y ofreciéndole una sonrisa. Instantáneamente Byul también sonrió.

—¿Día duro en el trabajo?

—¿Se nota mucho?

Byul puede sentir como el calor se apodera de todo su rostro cuando Yongsun se acerca sin previo aviso y pasa sus manos por sus mejillas. Su cuerpo se tensa a pesar de ser el toque sueve y aunque trata no puede evitar cerrar los ojos, disfrutando de la repentina cercanía. Muchos recuerdos pasan por su cabeza que en su mayoría prefería detener antes de hacer algo que de seguro terminará por arrepentirse.

Yongsun y ella son amigas, solo amigas.

Están bien así, y no debe arruinarlo dando rienda suelta a sus sentimientos, pero en este momento ser desinteresada le resulta difícil. Byul se regaña mentalmente, ella no debería estar ilusionándose porque si bien ella está soltera, la situación de Yongsun es otra, y aunque no le agrade del todo Eric, no está en sus planes entrometerse en su relación.

Kim Yongsun es su amiga y madre de su hija, nada más. ¿Por qué cambiar eso? no valdría la pena arriesgar todo lo que con meses ha costado construir de nuevo. Pero entonces, ¿A qué se debe esta muestra para nada "amigable"? ¿Acaso, existe la minúscula posibilidad que sus sentimientos sí sean correspondidos?

Ella y Yongsun tendrían la posibilidad de aclarar las cosas. Ellas podrían estar juntas sin que una barrera denomina "amistad" las limite...

A la mitad de sus divagaciones, Byul siente como el calor de sus mejillas desaparece, y entonces abre los ojos, en ese preciso instante es cuando la pequeña esperanza que tenía se desvanece. Yongsun de pie frente, ahora le muestra sus manos llenas de harina.

Cereal con Pasitas [Moonsun][G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora