El sonoro golpeteo contra la ventana del copiloto despertó a Byul, lo que le provocó un sobresalto y que murmurara maldiciones por lo bajo. Aturdida por el susto llevó inconscientemente una mano a su vientre aún plano para luego mirar a la derecha y encontrarse con Dahee, quien mantenía una sonrisa apenada en su rostro.
— La próxima vez despiértame de una manera más sutil — se quejó Byul mientras bajaba la ventana. — ¿Lograste saber algo?
— No, nadie sabe donde se ha metido Kim Yongsun — dijo Dahee rodando los ojos con molestia.
Byul soltó un suspiro frustrado, la tensión cada vez se acumulaba más en su pecho al pasar los días, días en los cuales ambas intentaron encontrar o al menos obtener un indicio del paradero de Yongsun. Sin embargo, los resultados seguían siendo los mismos: Nada. Después del día en el que Dahee interrogó a ese pobre vigilante, preguntaron a los vecinos del conjunto si sabían algo de Yongsun, pero todos negaron alegando que la Srta. Kim no solía relacionarse demasiado con ellos.
La única esperanza que tenían fue ir a preguntar al trabajo de Yong, la floristería solo quedaba a unos veinte minutos de su apartamento así que no demoraron mucho en llegar. Dahee insistió ser quien pregunte a la dueña, después de todo el estado emocional de Byul no era el mejor en estos momentos.
Recibir de nuevo una negativa fue decepcionante para Byul. Yongsun se había mudado de un día para otro sin despedirse, además de haber cambiado su número. Era evidente que no deseaba mantener comunicación con ella, y lo entendía en cierto modo; había utilizado a su mejor amiga como un objeto, aprovechándose de su cuerpo y tierno corazón. Sé sentía avergonzada, ¿con qué derecho podría buscar a Yongsun y decirle que estaba embarazada?
— Soy una idiota — dijo en voz alta.
— Lo eres — repitió Dahee mientras entraba en el auto y tomaba el sitio del conductor. — Fueron unas completas irresponsables, y ahora esperas un bebé. Un inocente bebé que tiene una de sus madres fugitiva.
— Yongsun ni siquiera lo sabe, así que no la culpo que se haya ido.
— Cierto, un punto a favor para Kim — Dahee le dio la razón. — Pero igual es sospechoso que literalmente desapareciera justo cuando te hiciste el test.
— Tal vez solo fue una coincidencia.
— Una terrible coincidencia — Dahee negó con la cabeza.
[...]
Meses después.
— Me muero de hambre — fue lo primero que dijo Byul después de llegar al apartamento y cerrar la puerta detrás de ella.
— Hola a ti también, Byul — dijo Dahee riendo entre dientes, viendo a la mujer de cabello rubio casi correr a la cocina. — ¿Cómo te fue en la pastelería?
— Bien — murmuró Byul a medias, concentrada en disfrutar el gran paquete de galletas de avena.
— Come con cuidado, no querrás atorarte — Dahee volvió a reír ante la vista de su amiga, vaya que tenía un gran apetito. — Ve sentándote, en unos minutos serviré el almuerzo.
Byul asintió feliz, sus ojos brillando de tan solo imaginarse la deliciosa comida que Dahee había preparado. Guardó las galletas en su lugar y tomó asiento en la pequeña mesa; tal como Dahee le había dicho, en unos minutos tuvo el tazón humeante de galbitang frente a ella.
— Rico — dijo una vez que llevó la primera cucharada a su boca.
Sin decir una palabra, Dahee también se dispuso a comer. Alrededor de media hora, el teléfono de Byul comenzó a sonar con fuerza desde su bolso, sin embargo, la mujer más joven parecía ignorarlo, como si no pudiera escuchar nada, pero Dahee la miró con las cejas levantadas y una mirada curiosa.
Dahee, con la curiosidad matándola por dentro, se levantó de la mesa y agarró el teléfono de Byul. Antes de que su amiga pudiera protestar, sostuvo el teléfono e inclinó la cabeza ligeramente confundida por el nombre en el identificador de llamadas.
— ¿Por qué no quieres contestarle a tu mamá? — preguntó confundida.
— Por nada — Byul murmuró mientras intentaba arrebatar su teléfono de la mano de Dahee. — Solo que no sabe que estoy...
Dahee dejo caer su mandíbula, atónita de lo dicho por Byul mientras sostenía el teléfono lejos de los manos de esta.
— ¡¿No le has dicho que estás embarazada?! — gritó. — Byul, ya tienes tres meses.
— Intenté, créeme — se defendió Byul. — Pero no es fácil, ¿qué quieres que le diga? "Hola, mamá. Te tengo una noticia, vas a ser abuela".
— Pues, sí.
— No, claro que no. Dahee, mi mamá aún piensa que seguimos siendo pareja. Si le contesto la llamada y le digo que estoy embarazada va a pesar que el bebé es tuyo. Entonces, tendré que contarle de Yongsun, ¿crees que estará feliz de saber que la otra mamá huyo?
— Bueno, tienes razón. Tu mamá no va estar contenta al enterarse que su futura nuera se fue... — se detuvo Dahee mirando la forma en que los ojos de Byul empezaban a llenarse de lágrimas.
— Yongsun... — Byul repitió el nombre de su mejor amiga con voz entrecortada. Trató de tranquilizarse, pero fue en vano. Las lágrimas ya rodaban por sus mejillas.
— Hey, calma — dijo Dahee animándola y abriendo los brazos para recibir a Byul. — Todo va mejorar, Byulie — cerró los ojos y frotó la espalda de la rubia.
Desafortunadamente, el llanto de Byul empeoró al escuchar aquel cariñoso apodo.
[...]
Para Byul, una de las peores cosas de estar embarazada era no poder controlar de tu cuerpo. Ella podía levantarse a las cuatro de la mañana con hambre y luego estar vomitando por quinta vez en el pobre inodoro. Sus brazos y piernas quedaban tan débiles que apenas podía levantarse. De igual forma, ahí estaba Dahee para ayudarla. Por mutuo acuerdo, continuarían viviendo juntas; eso sí, cada una tendría su propia habitación.
Los cambios físicos a causa del embarazo en ocasiones incomodaban a Byul. Su vientre ya se estaba haciendo visible entrando al cuarto mes y sus pechos habían aumentado notablemente de tamaño, además que el mínimo roce con la ropa la ponía sensible. Dahee por obvias razones se burlaba de aquello.
Ver a Byul con su barriguita fue una de las cosas más adorables que vio Dahee, por lo mismo no tardó en aparecer su nuevo pasatiempo: la fotografía. Desde que Byul le dio permiso de utilizar su cámara no se había detenido de capturar cada momento importante del embarazo. Guardaba esos recuerdos con la esperanza que algún día pueda verlas Yongsun, de quien aún no sabían su ubicación.
«¿Dónde demonios estás, Kim Yongsun?»
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Estoy empezando a cancelar a la Solecito.
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Cereal con Pasitas [Moonsun][G!P]
FanfictionA Yongsun le gustaba el cereal con pasitas. . . . ♤ Yongsun G!P ♤ Adaptación ♤ Traducción Todos los derechos a su respectiva autora. «Los nombres de los personajes utilizados son solo personajes ficticios, son totalmente independientes de los artis...