La Muerte del Omega. ~KookV~

Perfecto y Afortunado

Volver a verle la cara a Jungkook después de acostarme con Yoongi era todo un trabajo, no podía mantener mi vista en su cara sin recordar la manera en que me entregué a alguien que no era él. El conflicto en mi interior sólo crecía con el pasar de los días en las que él estaba en casa.

-- Levantate pequeño omega. Debemos visitar a nuestro ahijado Hoseok... aún no entiendo como Namjoon dejó que le pusieran ese nombre. -- Hablaba frente al espejo mientras arreglaba su ropa, esa informal que despertaba cosas en mí.

Jungkook era sin duda, era el hombre más hermoso y elegante que había visto en mi vida. Pero cuando usaba esos pantalones rotos en las rodillas y camisetas en su mayoría negra, dejando ver los tatuajes en su brazo derecho y su cabello sin orden alguno era aún más perfecto ante mis ojos.

Dándose vuelta se acercó a la cama para sujetar uno de mis pies tomándome desprevenido, el pánico invadió mi cuerpo tan rápidamente que no pude ocultarlo. Él acercó mi extremidad a su rostro y dejó un pequeño beso en mi tobillo.

-- Mi pequeño omega, ¿te dije alguna vez que eres el ser más perfecto sobre este mundo?. -- negué sorprendido por sus palabras. -- Lo eres Taehyung. Realmente creo que soy el hombre más afortunado del mundo al tenerte y no miento. Yo jamás miento.

Nuestras miradas se encontraron, la suya me dejó ver un poco de claridad debajo de tanta oscuridad, él era sincero con esas palabras como lo hacía sido esa vez en la tina. Pude notar, por un sólo momento, un brillo diferente en sus ojos, un brillo de inocencia y ¿cariño?, que no supe como tomarlo.

Después de una sonrisa sin una pisca de burla, él abandono la habitación dejándome con un malestar en el pecho. Un pequeño deje de arrepentimiento se instaló en mi corazón; haciendome creer por un sólo momento que había hecho las cosas mal. Que no debí entregarme a alguien que no era él.

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El bodoque de Jimin parecía haber incrementado su tamaño en esa semana, estaba más gordo y obvio pesaba más, tanto que mis débiles brazos no lo soportaron por mas de 10 minutos. Cuando estuve a punto de entregarle a sus padres, Jungkook apareció tomandolo entre sus fuertes brazos para sonreirle como jamás vi y dejar un pequeño beso en su cabecita.

-- Vendrán a la bienvenida de Hoseok ¿Verdad?. -- Preguntó Jimin, que ya parecía más que recuperado, vestía ropa deportiva pero no le quedaba mal, su rostro brillaba como siempre y estaba claro que sentía felicidad. -- No se los perdonaré si no aparecen, son los padrinos.

Era la segunda vez, siendo la primera el día del nacimiento de Hoseok, que sentía como si Jimin me obligara a hacer algo. Estaba traumado después de escucharlo gritar y ver como esa cosa salía de su cuerpo, no quería pasar más del tiempo necesario con ellos y quería decir qué no, que no soportaba verlo ser feliz, que no soportaba ver como su alfa lo trataba, que no soportaba sostener en mis brazos a su tierno bebé.

Que no soportaba ver como él sí podía darle a su alfa lo que yo ya no podía, pero no lo aceptaba.

-- Claro que sí. -- Respondió Jungkook. Cortando el hilo de mis pensamientos egoístas. -- debemos pensar en el regalo perfecto para nuestro ahijado.

Musito buscando mi mirada, que estaba perdida en algún punto de sus brazos que sostenían al niño. -- Sí, aún... aún no tengo idea de qué podría... podríamos regalarle.

-- ¿Qué tal su primer auto? ¿Su primera inversión o una tarjeta ilimitada personalizada?...

Ver a Jungkook interactuar con el bebé era sin duda lo más extraño que había visto alguna vez, parecía otra persona completamente. El cariño en su mirada y su manera tierna de hablarle, no estaba siendo hipócrita, era sincero y me causaba malestar. No quería verlo actuar así.