Mordida y Amante

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Nuestra atrasada luna de miel duró dos semanas, recorriendo diferentes puertos y lugares que jamás creí conocer, siendo la pareja más disfuncional que pudiera existir y recibiendo al 100% la atención de Jungkook, fueron las dos semanas más extrañas y divertidas de mi vida.

Jungkook era extraño, excentrico, extravagante. Llamaba la atención en dónde quiera que pusiera sus pies, primero por su exquisito gusto al vestir, dejando los trajes negros de oficina para usar ropas más coloridas y osadas, me sentí sorprendido ante el primer conjunto de camisa y pantalón en tonos vino, después de ese vinieron más del mismo estilo en tantos colores que pudieran existir.

Segundo, alfas y omegas quedaban anonadados por su trato conmigo. Yo era el centro de todo, en cada restaurante, en cada bar. En cada calle por la que se atrevió a caminar tomado de mi mano, besando ésta como si fuera oro y sonriendo realmente enamorado. Era como vivir un sueño, uno del que no quería despertar.

Pero postergar las obligaciones que teníamos por más tiempo era imposible, volvimos como nuevos, sonriendo como tontos al mirar nuestros nuevos anillos de compromiso.

Anillo que resaltaba tanto en mi dedo qué a mis asistentes les fué imposible ignorar.

-- ¿Listo para ésta noche o estás demaciado cansado?.

-- Dale la noche libre hoy Taehyun, ¿no ves que está en una nube llamada Jefe Jeon?.

Ambos rieron cuando negué con la cabeza, una noche libre era lo que menos necesitaba, el sueño había terminado y quería de vuelta las excentricidades de Singularity.

-- Estoy como nuevo, ¿Qué tienes preparado para hoy?.

-- Después de tanto esperar el permiso para los menores está listo, tenemos que darles la mejor bienvenida.

-- Espero no arrepentirme de ésto. Puede salir completamente mal y si eso pasa, nos veremos demaciado pequeños bajo la suela del zapato de Jungkook. -- dije recostándome en mi silla, masajee mi cabeza con la yema de mis dedos y solté todo el aire que tenía retenido en mis pulmones.

-- Estas a tiempo de pararlo, pero no creo que seas tan cobarde. Puedes tenerlo todo bajo control dentro del bar o dejarlos fuera, ellos de todos modos buscarán la forma de divertirse. Pero estoy seguro que aquí dentro no les pasará nada malo.

Con las palabras de Yeonjun en mente y mi casi inexistente sentido común dí el visto bueno a Taehyun para usar lo que sería nuestro comodín más arriesgado. Pero debía poner límites y condiciones para que el caos no sea tan caótico.

-- Quiero alerta cada segundo a los guardias, pulceras blancas para identificar a los menores, las bebidas más fuertes sólo con un mayor de edad y los baños vigilados. No quiero ningún error ésta noche.

-- No habrán errores, puedes confiar en mí. Lo tengo todo bajo control.

-- No lo tienes, Taehyun. -- Lo miré a los ojos y sonreí, luego miré a Yeonjun que tenía un gesto de duda en su rostro. Alcé mi mano mostrando mi anillo y me encogí de hombros. -- Jungkook me propuso matrimonio y quiero festejarlo con ustedes ésta noche. Creo que Bang Chan es un exelente candidato para manejarlo todo por hoy, sus niños están bien entrenados. Así qué ésta noche todo va por cuenta de la casa.

Tres personas son suficientes para armar una fiesta en un VIP, esa noche lo comprobé. Habíamos tomado demaciado y para las tres de la mañana pensar con la cabeza fría no era un punto.

Taehyun lo llevaba bastante bien, estaba con sus cinco sentidos bien puestos, mientras Yeonjun y yo gritábamos con cada canción y bailabamos una coreografía que habíamos inventado nosotros mismo. Eran realmente divertidos, era la primera vez que nos descontrolabamos de esa manera sin pensar en el trabajo y se sentía bien.

-- Cierto alfita sigue mirando hacia aquí... -- murmuró Taehyun sonriendo, estaba apoyado en la barandilla mientras bebía pequeños tragos de lo que sea que tuviera su vaso.

-- ¿Quién? -- Dije imitando su pose al ver el gesto que hacía Yeonjun, sus labios siendo una línea y su mano restándole importancia, -- ¿Qué pasa? ¡Mi Omega tiene pretendiente!.

El beta asintió apuntando casi sin disimulo un grupo de almenos 5 personas en la pista, uno de ellos miraba hacia nosotros con curiosidad, se notaba joven, su cabello negro con algunos mechones blancos llegada a sus hombros y sus ojos buscaban a alguien.

-- ¡Qué lindo es!, ¿Porqué no lo invitas a subir?.

-- ¿Estás loco? Viene todos los sábados a buscarme y se me pega como una garrapata. Además apenas tiene 20, es un niño.

Taehyun y yo nos miramos aguantando una carcajada, era obvio el gusto que tenía por el chico, sólo no lo admitía.

-- Vamos abajo. -- Dije tomando las manos del Omega, tuve que jalarlo para que me siguiera, Taehyun en cambio traía la botella y bailaba al caminar.

Nos pusimos a bailar muy cerca del grupo del alfa en cuestión, haciéndolo sexi y de un momento a otro todo se salió de control.

Taehyun dijo que iría al baño y nos dejó solos, Yeonjun rodeó mi cuello con sus brazos y yo hice lo mismo en su cintura, estábamos peligrosamente cerca y no fue incómodo, era divertido. Estiré mi mano para jalar al chico hacia nosotros y le sonreí también.

-- ¿Cómo te llamas? -- Le pregunté, escuchando la voz de mi mano derecha murmurando un "Te voy a matar" en mi oído.

-- Beomgyu.

-- Beomgyu, deberíamos besarnos.

Yeonjun se separó de mí extrañado y encogiendome de hombro lo besé, besé a un omega por primera vez en mi vida y se sintió bien, su boca no sabía diferente a la mía debido al alcohol y tampoco duró lo suficiente como para incluir nuestras lenguas. Nos separamos y sin más guíe su rostro al del alfa, para unir sus bocas.

Entonces un brazo delgado pero fuerte me jaló, sacándome de la pista de baile hacia no sé dónde, las personas parecían no notar nada y a lo lejos ví a Yeonjun abrazar el cuello del alfa para profundizar el beso, no había notado mi ridículo secuestro. Reconocí el pasillo a mi oficina y la puerta de ésta, que fue azotada al cerrarse y mi cuerpo confundido apoyado en la pared.

-- ¿Qué mierda estás haciendo?. -- sus ojos me observaban con un extraño brillo desconocido para mí.

Mi cabeza se sentía confundida, mi cuerpo cansado de repente. Mi vista apenas se enfocó en su rostro y mi piel se estremeció ante el toque de sus manos en mi cuellos.

Yoongi me confundía tanto.

-- Tú no puedes besar a nadie más, es suficiente tener que aguantar que Jungkook te tenga. No estoy dispuesto a compartirte con alguien más, ¿Puedes entender eso?.

Por primera vez sus manos me tomaron con posesión, arrancando mi ropa de manera brusca mientras su boca tomaba la mía con necesidad. Mi cuerpo reaccionó a su toque y para cuando me tenía envuelto en sus brazos desnudos sobre la alfombra toda ebriedad había pasado.

Sobre mi piel quedaba las marcas del encuentro y mi cuello ardía por la mordida en él. ¿Min se había atrevido a plantar sus dientes en mí? ¿Con qué derecho lo hizo?. ¿Porqué creía que podía hacer tal cosa?.

-- ¿Te encuentras bien?. -- preguntó acomodando delicadamente mi cabello. -- ¿Tae?.

-- ¿Porqué me hiciste eso?, No eres mi alfa. -- mi voz apenas podía oírse, había tenido dos orgasmos gracias a su mordida, había resultado estimulante y al no ser permanente no dolía como se supone debería. -- Me ignoras, me tratas como si no existieras y de la nada enloqueces por los celos.

El silencio que le siguió a mis palabras fue pesado, no incómodo. Nuestras respiraciones estaban sincronizadas y muy en el fondo volvía a sentir esa paz que él transmitía, había extrañado tanto eso.

-- Lo siento, tenía en mente olvidar lo ocurrido entre nosotros. Aguanté todo lo que pude, pero en tu cumpleaños... Todo salió de control y planeaba hablar contigo después de la fiesta de año nuevo pero Jungkook se me adelantó. -- Su pacífica voz abrazaba mis oídos, sus dedos recorrían un caminó invisible sobre mi pecho y vientre, mis ojos enfocaron los suyos cuando no pude retener más las lágrimas. -- Bebé, sé que no puedo exigirte nada, no soy más que tu amante, pero puedo asegurarte que daría mi vida por tí.

-- La darías por el imperio.

-- Tú eres el imperio.

La Muerte del Omega. ~KookV~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora