Una semana después, la tensión para nada sexual que había entre Yoongi y yo era insoportable, él no me dirigía la palabra, no me observaba y ni hablar de su rostro inexpresivo desde que subía al auto hasta que bajaba. La atmósfera relajada se había esfumado por completo.
-- ¿Cuánto tiempo más seguirás así?... es demasiado incómodo... Yoongi no puedes pasar el resto de tu vida comportándote como un niño, estas siendo inmaduro. -- Ante su silencio y estarme ignorando de forma profesional, me pasé al asiento del copiloto. -- Min Yoongi, porfavor, tú eres lo único normal en mi vida.
-- Apuntarme un arma a la cabeza a disparar es muy normal también.
-- Él me obligó a hacerlo.
-- Te obligó... sabes Taehyung, lo hemos hecho tantas veces que puedo saber cuando realmente disfrutas lo que hacemos, el gesto en tu rostro es inolvidable, ese gesto que haces cuando llegas al orgasmo de manera placentera. -- tragué de manera sonora el saliva que se había acumulado en mi boca. Sabía a donde iba, sabía a lo que se refería, sabía que no podría ocultarlo de él. -- Tenías ese gesto, esa noche sobre la mesa disfrutaste cada embestida, desde la primera a la última, pero eso no es lo que me molesta.
-- Yoongi...
-- Lo que me molesta es que te dejaras manipular tan fácilmente por él, que te dejaras humillar de esa forma sólo para engrandecer su ego y posición, yo no era el único en ese lugar. -- Su mirada cayó en mi por primera vez en muchos días, me sentí pequeño e insignificante bajo esos ojos que ya no brillaban al verme. -- Tú estas tan enfermo como Jungkook.
-- Cállate. -- Dije en un momento de rabia, tomando el cuello de su camisa bruscamente. -- ¡Cállate! ¿Quién mierda te crees para decirme algo así?, ¿Quién crees que eres? tú, que me follarte como se te dio la gana, yo no soy de tu propiedad, yo le pertenezco a él, Jungkook es el único que puede hacer conmigo lo que quiera. ¡Porque mi padre me vendió a él!, porque el certificado de matrimonio no es más que un documento de compra venta. ¡Jungkook puede matarme frente a todos ustedes y ninguno hará nada!
La última frase salió ahogada por el llanto que inundaba mi garganta nuevamente. Mi caída había dolido más de lo que había estimado, no era un precipicio del que Jungkook me había empujado, era un acantilado y debajo no había más que agua helada, sus olas golpearon mi cuerpo y aunque logré salvarme, lo mejor hubiera sido dejarme arrastrar hasta el fondo.
Abrace a Jimin esa tarde, contándole todo lo sucedido a modo de desahogo, claramente tube que hablar de lo ocurrido con Min, lloré hablando de la violación consentida de Jungkook y no pude negarle que sí era verdad lo que Yoongi decía.
Había disfrutado la manera en la que Jungkook tomó mi cuerpo, debía aceptar esa parte de mí que estaba tan necesitado del toque de ese alfa que gozó cada segundo que el encuentro duró. Esa parte que sonrió unos días después frente al espejo viendo las marcas moradas sobre mí pálida piel. El que sabía que Jungkook había sido posesivo y lo expresó ante un acto tan miserable como someterme.
Jungkook me sometió, me humilló y se río de Yoongi, demostrando que él podía hacerlo. Él podía hacerme todo lo que su mente desquiciada imaginara.
Jimin me cubrió con sus brazos y acaricio mi cabello, escuchandome llorar desconsoladamente. Al cabo de unos cuantos minutos pude comenzar a relajarme, percibía el suabe olor a colonia a colonia de bebé y uno mucho más fuerte que no lograba identificar, tal vez era el olor de su alfa. Nos encontrábamos solos en un bien equipado cuarto dedicado a hacer ejercicio físico, siendo este el único lugar de la casa sin cámaras de seguridad.
-- No puedo creer que haya sido capas de eso, él es tan diferente frente a nosotros. Estoy seguro que Namjoon no sabe de ese lado psicótico de Jungkook. -- Decía bajo y asombrado, sin poder creer todo lo que decía.

ESTÁS LEYENDO
La Muerte del Omega. ~KookV~
Fantasía-- Porfavor... Dile que venga, dile que mi omega se muere por él. Dile que necesito su cercanía... ¡PORFAVOR! MALDITO COBARDE, SÉ QUE SE ESCONDE PARA NO RECLAMARME... Las súplicas no sirvieron de nada para el pequeño omega que en celo pedía por su A...