Dónde el friki y la perdedora se enamoraron.
-Ya aceptalo Munson, Coraline te trae loco más de lo que ya estás.
- No recuerdo haberlo negado Henderson.
-¿Nunca has sentido esas mariposas?
-¿De qué hablas Robin?
-De las que sientes cada vez que vez...
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Habían llegado a una casa en medio de la nada de un amigo llamado... La verdad no me acuerdo pero algo tenia que ver con Grifo o algo así.
Lo único que Eddie hizo fue abrazarla y deshacerse en los brazos de Coraline.
Lloraba sobre su pecho y lo único que White hacia era acariciar el cabello de Munson, darle pequeño besos mientras ella absorbía el dolor de su Nubecita.
Sentía que el corazón se le apachurraba con cada sollozo del chico. Lo amaba tanto que daría todo por ser ella quien sufriera y no su pequeño ángel.
— Solecito.
—Dime Nubecita.
—Chrissy esta muerta. Te juro que yo no lo hice.
—Mierda. ¿Entonces cómo murió?
— Ella...ella.. se elevo en el aire y l..u.ego le comenzaron a tronar los huesos
A Eddie se le trababa la lengua y las ganas de llorar no lo dejaba hablar, sabía que nadie le creería pero sabía que ella le creería cualquier cosas que quisiera.
—Vamos respira, estás a salvo, conmigo.
—Grite y salí corriendo, eso es todo.
— Te creo.
— ¿Enserió lo haces?
— Cariño he visto cosas, se cosas, pocas pero las se. Hace un año trabajaba con Steve y Robin en el centro comercial, había una cosa que se llamaba desollamentes lo vi en el centro comercial. El mato a Billy.
—¿Hagrove?
— Sips, Hagrove.
Eddie volvió a abrazar a Coraline ella definitivamente era su lugar seguro. Su casa. Coraline veía a Eddie como lo único bueno en su vida, tenía a Steve, Robin y Max pero nada se comparaba a Eddie ella sentía que era el amor de su vida.
Billy Hagrove era su alma gemela.
Steve su primer amor.
Munson se quedó acurrucado sobre en pecho de Coraline quedando plenamente dormido.
Ellos dos se amaban y no era exageración, ellos se amaban incluso antes de darse cuenta. Jamás olvidaría ese día.
Fue la marca de algo que cambiaría si forma de ver el aburrido pueblo de hawkins, el inicio de una guerra con el otro lado comenzaría o más bien ya había comenzado.
Todo era confuso, la causa, consecuencia. Se sentia como un huracán que arrasará con todo lo que estorbe en su paso.
Sabía que acusarán a Eddie como el asesino y ella tenía que dar a ver que el chico era inocente, ni dejarían que le tocaran ningún cabello de sus preciosos rizos.
Quien quisiese problemas con su chico tendría problemas con ella.
— Tranquilo loquito, sacrificaría el mundo para que estés bien. Te amo.
