CHAPTER SEVENTEEN

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Atardecer, tus besos me recuerdan a un atardecer, a una lluvia de estrellas

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Atardecer, tus besos me recuerdan a un atardecer, a una lluvia de estrellas.

Muchas veces creímos en las salidas fáciles y Coraline no fue la excepción, bajo el tormento de sus pensamientos conoció el amor, conoció la razón de seguir aguantando un poco más en este mundo.

Una razón que no tenía Vecna, un amor por el cual luchar, Coraline podía ser fría si se lo proponía, pero era una romántica en potencia gracias a Eddie Munson.

Coraline no podía evitar pensar en él cuando veía un atardecer, cuando en las noches era presa de pánico y él su tranquilizante. Eso no quería decir que ella fuera dependiente a él, solo que ahora eran la persona favorita del otro.

Esta noche estaba marcada en la mente de Coraline, fue una de las mejores, pero que va, cada noche que involucrará a Munson eran sus favoritas.

Pero esa noche se cumplía algo, se cumplía la salida de los problemas que sofocaban a White.

Después de todo no importaba que hiciera, la tormenta nunca pararía, eso solo pasaría el día de su muerte.

Una llamada saco a Coraline de sus pensamientos.

— Coraline White no se encuentra en casa, deja tú mensaje.

Coraline había contestado pero no tenía ánimos de saber quien era, eso fue antes de que una voz familiar la hiciera ni colgar.

Era Margaret, era la mujer que la mato en vida.

— Cariño, debemos a hablar. Por dios soy tú madre.

White río con ironía. Esa mujer era una sinvergüenza.

— Déjame averiguar. Tienes problemas de dinero y ahora si soy tú hija. No me hagas reír Margaret.

El tono con el que había contestado dejó helada a Margaret, después de todo se lo merecía pero ella jamás pediría perdón por todo lo que le hizo pasar a su hija, de las inseguridades que la primogénita de los White no tenía. Margaret creo una inseguridad y un deseó.

— No me alces la voz Coraline, respetame muchachita imbécil.

— Vete a la mierda, deja de joder y hazle un favor a la humanidad. Muérete.

— Debes de estar de zorra. Ya sabía yo que por eso no contestabas.

— Si, tal vez estoy de zorra, pero sabes que, deberías de estar orgullosa de mi. Al fin y al cabo lo aprendí de ti.

𝕮𝖔𝖗𝖆𝖑𝖎𝖓𝖊|ᴇᴅᴅɪᴇ ᴍᴜɴꜱᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora