𝕮𝖔𝖗𝖆𝖑𝖎𝖓𝖊|ᴇᴅᴅɪᴇ ᴍᴜɴꜱᴏɴ

CHAPTER NINE

Ha perdido el fruto de su vientre.

Nadie lo creería, Coraline estaba embarazada dos semanas cuando perdió al feto. No se lo tomen a mal pero Coraline se alegro cuando lo perdió.

Era tan enfermo que su embarazo fuera de su padre, ella quedó embarazada a los catorce años, cuando se entero de este embarazo intento quitarse la vida.

No había opción para ella, son los ochentas, nadie le querría ayudar a abortar al feto.

Ese día Coraline provocó que un auto la arrollara para terminar con su embarazado.

Lo logró pero eso casi le cuesta la vida.

Cuando su madre se entero que había perdido al bebé tal y como le decía Margaret, la golpeó tanto que Coraline llegó a urgencias en el hospital.

Tenía sangre por todo el cuerpo y cortadas no tan profundas pero aún así seguían brotando sangre de ellas.

Ella decidió irse a vivir a la casa de hawkins que por herencia le pertenecía ya que su abuelo se la había dejado junto con una gran suma de dinero. Su abuelo fue un comunista y ex-alcalde de hawkins.

Sus padres iban en sus cumpleaños o en navidad pero ella jamás les abría la puerta.

Eso Vecna lo había visto, sintió las emociones de su presa, el dolor, la melancolía, los días enteros de llantos pero no acausa de su aborto sino por el dolor que le provocaban sus padres.

—¿En que tanto piensas?

—En la cosa que uso Vecna para seguirme reteniendo.

—¿Puedo saberlas?

La rubia nesecitaba decirlo, tenía que sanar lo roto. Ella le confiaría todo a Eddie pero no era el momento, solo quería olvidar ese trago amargo.

—Ya habrá momento loquito.

Eddie entendió no preguntó más al contrario le regalo una sonrisa que hizo que a Coraline se le olvidará todo.

Ella sentía que moriría podía sentir el cosquilleo por todo su cuerpo y el cansancio en los latidos de su corazón.

Tomo una pluma y una hoja para escribir su despedida. No quería preocupar a Eddie por lo que no dijo nada.

Loquito, contigo en estos pocos días he aprendido que el amor existe, que las sonrisas de corazón existen.
No me alcanzan las palabras para decirte lo mucho que me ayudaste, fuiste la luz en la tormenta.
Sabes, me gustaste desde que choque contigo en el bosque desde ese día caí por ti.
Pero si te vieras como lo hago yo no dudarías el amor que siento por ti, la seguridad que me das.

Te amo nebucita.
Con amor tú solecito.

Coraline White.