Los latidos de Coraline cada vez se hacían más lentos, estaba recordando todos sus buenos momentos pero no funcionaba solo oía la voz de Vecna reírse.
— Vamos Coraline, ya no tienes salvación, nunca la has tenido.
— Los dos sabemos que has deseado la muerte y ahora la sigues deseando Coraline.
— Quiero morirme, pero no aquí, no por ti.
— Tus recuerdos me dan tanta lastima, los dos somos iguales, pensamos lo mismo del mundo. Tú eres una buena aliada, únete a mi y acabaremos con esta asquerosa sociedad, con esta cotidianidad.
— Tienes toda la razón, claro que me querría unir a tú causa pero esta no es la manera. Si quieres acabar con la enfermedad eliminas al síntoma, la sociedad es la enfermedad y tú la causa de ello.
Vecna se estaba apoderando de los recuerdos de Coraline en un limbo de muerte.
— Coraline no seas patética, no existe el bien o el mal solo poder.
— Hablas como la basura nazi, eso es lo que quieres. Tú ser la raza superior, la que comanda todo.— la risa sarcástica salió de los labios de Coraline. — Eres igual que Hitler solo...
Las palabras de Coraline fueron interrumpidos por la pequeña marca que se podía ver en el brazo de Vecna 001 tal y como el tatuaje de Once.
Las piezas comenzaron a encajar en la mente de Coraline.
— Tú eres el jefe del desollamentes, demogorgos y de los demodogos. Tú gobiernas el otro lado no es así.
— Eres una amenaza para mi y para el otro lado, no puedo dejar que regreses.
Vecna entro a la mente de Coraline viendo pequeños recuerdos de sus traumas.
— BILLYYYYYYYY.
Hargrove fue atravesado por el desollamentes dejándolo en el suelo del centro comercial, lo último que el chico escucho fue el grito de sus chicas. Max y Coraline.
Los últimos segundos del chico solo pensó en ellas dos y una sonrisa en forma de mueca fue como murió su alma gemela.
Coraline corrió fuera del centro comercial y solo pudo dar un grito que solo lo presenció Robin.
— NOOOO, ¿POR QUÉ EL?, LLEVAME A MI TE LO SUPLICO.
Coraline sentía como la garganta se le desgarraba y se le cerraba poco a poco.
El recuerdo se había terminado pero estaba por comenzar otro.
— Pero ve que obesa estas Coraline.
Caroline estaba sentada en el sofá favorito de su madre Margaret.
— Levántate o llenaras mi sofá con tú asquerosa grasa.
Ese día Coraline se miró al espejo y solo veía su gordura cuando en realidad todod era obra de su mente pues ella estaba bien de peso.
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𝕮𝖔𝖗𝖆𝖑𝖎𝖓𝖊|ᴇᴅᴅɪᴇ ᴍᴜɴꜱᴏɴ
FanfictionDónde el friki y la perdedora se enamoraron. -Ya aceptalo Munson, Coraline te trae loco más de lo que ya estás. - No recuerdo haberlo negado Henderson. -¿Nunca has sentido esas mariposas? -¿De qué hablas Robin? -De las que sientes cada vez que vez...