Dónde el friki y la perdedora se enamoraron.
-Ya aceptalo Munson, Coraline te trae loco más de lo que ya estás.
- No recuerdo haberlo negado Henderson.
-¿Nunca has sentido esas mariposas?
-¿De qué hablas Robin?
-De las que sientes cada vez que vez...
Coraline se encontraba de camino a la escuela cuando una camioneta se paro enfrente de ella con la música a todo volúmen.
—White, sube.
—Munson no es por nada pero no es seguro.
—¿Por qué?
— Nada me asegura que no seas un asesino e serie.
La risa de Eddie no se hizo esperar no podía negar que le encantaba el raro humor de Coraline. - Puedo asegurar que no soy uno, deja llevarte...
— No me uniré a tu secta.
—Por lo menos iba a intentarlo.
Bajo de la camioneta para abrir la puerta del copiloto dándole paso a la hermosa rubia.
—Bienvenida a tu carroza cielo.
—¿Cielo?
— Tus ojos son tan azules como el cielo, no me juzgues no amanecí inspirado.
Coraline tenía las cejas arriba con una sonrisa que era tan oscura pero tan atractiva a la vez hizo que Eddie perdieron el último tornillo que le quedaba. - Munson, ¿Qué ibas a decir de tú secta?
—¿Quieres unirte al mejor club de todo el mundo?
—¿Me darás una camiseta?
—Amm.. si por supuesto.
—Estoy dentro, ahora maneja que llegaremos tarde.
La sonrisa de Eddie se ensanchó mientras rodeaba la camioneta para subirse a su asiento todo iba normal hasta que Eddie actuó como Eddie.
Un grito de victoria desconserto a las personas que lo miraban como bicho raro he hizo una mueca divertida que solo la vio una señora de unos sesenta años aproximadamente que se percino mientras corría.
Una rubia estaba muerta de la risa amaba a ese chico, no lo negaría.
De camino a la escuela estaban bromeando como si se conocieran de años era genial la manera en la que conectaban.
—Tines que escuchar Queen.
—Vamos Munson, ya escuche una canción.
Eddie a este grado estaba sorprendido la chica de sus sueños solo había escuchado una canción solo una eso era gravisimo. Una falta a su persona.
—Siento que se me va el aire. White. No es broma esto es gravisimo, podría morirme en este instante.
—Hagamos algo.
—¿Cómo?...
— Yo solo he escuchado una canción de Queen, tú has escuchado todas las que han salido.
—Ajammmmm.
—Reunamonos después de clases y enséñame las canciones.
Eddie estaba emocionado era una tipo cita, ¿No?
—¿Me esta invitando a salir señorita?
— Pensé que eso era obvio, una cita de raros nada convencional.
—Amo la idea White.
— Yo también amo mis ideas Munson, soy genial.
Ahí estaba la egocéntrica Coraline White amaba su narcisismo era su cosa número uno.
Las demás eran demasiadas que no le alcanzarían las canciones para describir todo lo que amaba de lo que esperaba en un futuro no muy lejano fuera su chica.
El transcurso fue cómodo, divertido, fue la mejor mañana que tuvieron después de tanta mierda.
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