Dónde el friki y la perdedora se enamoraron.
-Ya aceptalo Munson, Coraline te trae loco más de lo que ya estás.
- No recuerdo haberlo negado Henderson.
-¿Nunca has sentido esas mariposas?
-¿De qué hablas Robin?
-De las que sientes cada vez que vez...
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"Un amanecer sin cadenas"
Coraline no veía la hora en que toda la tortura de Vecna llegara a su fin, sin duda la rubia se recostada en el pecho tan cálido de Eddie que la llevaba a su lugar seguro.
A su mundo dónde nada ni nadie podría hacerles daño a ellos dos.
Ese día el cielo se veía con todos morados y solo por un momento pensó en como serían las cosas si ella se fuera de éste mundo, si con ella todo el mal se fuera.
Metió la mano a su chaqueta y sacó una nota que le había escrito y dejado Munson.
Si no es contigo, ¿A dónde iré?
Esas palabras hicieron estrago en la cabeza de Coraline, sin pensarlo respondió.
— A dónde sea sin ataduras.—una lágrima llena de emociones se deslizó por su mejilla. — Sin mí, lograrías mucho loquito, yo soy la que no lograría nada sin ti.
Esas palabras no fueron escuchadas por nadie más que observadas por un atardecer que observo cuanto amaba White a Munson, desdé su trono galáctico él sol, la luna, las estrellas y constelaciones eran testigos de lo mucho que amaba Coraline a Eddie.
Así como White amaba admirar el cielo, al cielo le gustaba admirar y ser testigos de un amor tan puro.
Sin duda el fin se acercaba.
Las vidas ya estaban contadas.
El tiempo se estaba acabando.
Tic......Toc........Tic........Toc.........
— Iré por ti y por los que amas Coraline.
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Mientras Eddie estaba recargado de una ventana una mariposa morada llegó a la ventana.
Eso significa el inicio de un ciclo y el cierre de otro.
Se teletransporto a sus memorias y recordó con nostalgia a su bella rubia.
A su solecito que tanto amaba, él no veía una vida sin ella.
