Cap.2

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-Supongo que no queda duda.

El personal de la editorial recién terminaba de presentar su propuesta de trabajo, habían entregado una copia del contrato al equipo de marketing para que pudieran revisarlo.

-Aunque debo de aceptar que es una propuesta muy buena, nos gustaría pedirles unos días para tomar la decisión final. –habló el señor Jin.

-Claro, sin problema. –aceptó el chico de los hoyuelos. -Esta es solo una copia del contrato final, si lo creen prudente pueden hacer los cambios que requieran y en la siguiente junta los abordaremos.

Que intelectual se veía hablando de tal forma.

Leah había quedado encantada con su manera de explicar los planes de la empresa, abordaba el tema con total naturalidad, además de que se pasaba una mano por el cabello que Dios santo...solo lo hacía verse más guapo.

-Entonces es un hecho. Daremos nuestra respuesta el miércoles ¿Les parece que sea a la misma hora? –preguntó el jefe de marketing.

-A las ocho es más que perfecto. –habló la mujer de la editorial.

-Bueno, si no tienen más que aportar, señorita Park ¿Podría acompañarlos hasta el ascensor?

-Claro, señor Jin. –dijo poniéndose de pie.

Los altos mandos se despidieron con un saludo de mano y las personas de la editorial fueron saliendo una por una de la sala de juntas.

-Por acá. –los guio Leah.

Apretó el botón que indicaba hacia abajo y el timbre del ascensor se escuchó enseguida. Cuando las puertas se abrieron, se percataron de que había ya cinco personas dentro y aparentemente todas iban al primer piso.

-Suban ustedes, iré por la escalera. –ofreció el chico de los hoyuelos.

-Es muy amable señor Lee. –agradeció la mujer.

Tres personas más se unieron al ascensor y las puertas se cerraron.

-Quien diría que te encontraría aquí. –dijo el chico apenas el ascensor bajó.

-Sí...que gran coincidencia. –aceptó Leah sonrojada.

-¿Trabajas aquí?

-Soy pasante, estoy haciendo mi servicio comunitario.

-Oh, ya veo.

Los dos se quedaron en silencio durante algunos segundos, Leah no sabía a donde mirar pues estar tan cerca de ese chico le generaba cierto nerviosismo. El chico en cambio, la miraba con una sonrisa, era demasiada ternura en una chica.

Hasta que el timbre del ascensor los hizo volver.

-Creo que ya debo irme. –dijo él riendo.

-Espera, toma tu saco. –Leah quiso dárselo.

-No, no. Úsalo, la mancha de café aún no desaparece. –la detuvo.

-Pero...

-Dámelo el miércoles en la siguiente junta ¿De acuerdo? –preguntó el chico con su linda sonrisa.

Esa sonrisa que a Leah hipnotizaba.

-De acuerdo. –sonrió también ella. –Enserio te debo una.

-Ya me la pagarás, después de todo, aunque no firmen con nosotros nos veremos muy seguido.

-Rentarán algunos cubículos de este edificio. –le hizo saber que estaba al tanto.

-Exactamente. Bueno, te veré después. –se despidió con la mano.

Mi pequeña abejita ~ Jooheon - Monsta X ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora