Horacio y Volkov se separaron tomando aire. Podían estar a unos 7ºC de temperatura, pero ellos sentían calor. Demasiada intensidad.
Víktor se alejó un poco, mirando la oscuridad del exterior, mientras Horacio lo observaba a él. Su cabello plateado despeinado destacaba aún más en contraste con le negrura del paisaje. La amplia espalda, sumada a su altura y su constitución musculosa hacía volar la imaginación del pelirrojo. Después de acariciar su cuerpo a través de la ropa y contemplarlo sin camisa mientras le dibujaba durante más de cuarenta minutos, no podía evitar recrearlo en su mente.
«Despacio, despacio» se recordó Horacio a sí mismo. Los besos y las caricias habían sido un gran avance que no podía echar a perder pensando aquellas cosas indecentes. Además, aún se sentía cohibido por él. Cuando le miraba todas sus alarmas parecían activarse, los latidos de su corazón se aceleraban y sentía vergüenza repentina.
De esta forma, pensando sobre ello, se acercó a Volkov con actitud dulce y tímida. No podía permitir que su sonrojo ganara la batalla. Incluso el indeciso ruso había sido capaz de besarlo de aquella forma.
Comenzaría con atreverse a algo más pequeño. Algo como un beso en la mejilla. Un simple y sencillo beso en una mejilla.
***
Volkov estaba en silencio, escrutando la oscuridad. Entrecerró los ojos tratando de divisar a lo lejos porque le pareció ver algo en el océano.
Como una sombra...
***
Desde la cofa, el vigía entrecerró los ojos. Le había parecido ver una sombra de algo que se acercaba, pero la noche lo confundía. Entonces se dio cuenta de que había una zona del cielo sin estrellas, fuera del círculo de luz del barco.
—¡Mierda! —gritó de pronto.
Sebastián lo divisó al mismo tiempo que su compañero. Sin perder un segundo, se acercó al teléfono que tenían en su puesto y llamó a los oficiales.
—Vamos, vamos —repetía impaciente— ¡Que alguien conteste! ¡Maldita sea!
En cuanto escuchó que descolgaban al otro lado, gritó desesperado:
—ICEBERG POR PROA
***
Horacio alzó los pies y se puso de puntillas, para llegar a la altura de la cara de Volkov. Por algún motivo, después de haberlo besado en los labios, aquello le estaba resultando aún más difícil. ¿Quizás es porque para él tenía un significado especial?
Al fin acercó sus labios a la mejilla del ruso y...
***
Sabía que había algo ahí. Conforme se acercaban, Volkov lo notaba más, pues el ambiente se volvía incluso más frío y podía ver cómo iban desapareciendo las estrellas del cielo. Parecían engullidas por la oscuridad, pero estaban siendo ocultadas por lo que adivinó que debía ser un enorme trozo de hielo. Era inmenso. Más grande incluso que el buque sobre el que iban.
Escuchó algo sobre su cabeza. Alzó su cara para mirar lo que estaba pasando. Los vigías estaban avisando del avistamiento.
***
Giró la cara.
Horacio no podía creerlo. Era imposible que no se hubiera percatado de sus intenciones cuando estaba casi apoyándose en él para llevar a cabo la acción y el ruso había girado el rostro para evitar que le diera un simple beso en la mejilla.
¿Después de todo? ¿Podría ser que Volkov solo hubiera estado jugando con él? Al fin y al cabo eso era lo que hacían los ricos con los pobres según su experiencia.
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AU TITANIC - VOLKACIO
FanficUn ship que se convirtió en submarino y acabó siendo cohete. No podía faltar para esta pareja la historia más famosa sobre un barco que se hunde. AU dedicado a mi hermana.